2019/02/02

ANTROPOLOGÍA DE ASTURIAS, de Adolfo García Martínez

Hace unos meses terminaste de leer los dos tomos de la Antropología de Asturias. Comenzaste en el Mediterráneo debajo de la sombrilla -una buena forma de coger perspectiva- para terminar su lectura en días y noches de lluvia y frío.

El propio autor admite que no está ahí toda la antrolopogía, que faltan la pesca y la minería, tocadas muy de pasada en el libro. No obstante, es un extraordinario tratado de partida para enmarcar otros estudios y profundizar en ellos. Te gusta el mundo tradicional asturiano -la teoría, ya que la práctica es más dura, y tienes las manos de mantequina, como dice tu madre-. Habías leído bastantes al respecto, por lo que muchas cosas no te resultaron desconocidas. Sistematiza y clasifica un montón de materias: la casa tradicional, las herramientas, las tierras de labor y las costumbres agrícolas, la ganadería (incluyendo la transhumancia, la vida en las brañas y las costumbres vaqueiras), la compleja tipología de los montes, el agua y sus aprovechamientos (molinos, ferrerías, batanes), la elaboración de alimentos caseros y su transformación (el pan, la matanza), el parentesco (la difícil condición de la mujer que caía en casa de la suegra), los oficios tradicionales, las relaciones de vecindad, los ritos, refranes y leyendas, el papel de curas y maestros,...

El segundo tomo es más complejo y espinoso: está dedicado al estudio del cambio social, de la recuperación (porque está perdida) y difusión de la cultura tradicional, de las posibles actividades que den contenido (y rentabilidad) al entorno rural, con diseños bastante perfilados (museos, turismo, cuidado de los ancianos). Algunas soluciones te parecen parciales y no extensibles a todo el territorio asturiano.

En particular en la segunda parte, aunque sea una temeridad tuya, encuentras ideas que se repiten machaconamente; igualmente peca en exceso de citas de antropólogos o estudiosos extranjeros o nacionales; te da la impresión de citas amontonadas unas detrás de otras, que poco aportan. Es como si un estudio local estuviera obligado a adornarse de citas clásicas para aumentar su credibilidad.

Echas en falta algo más de tu zona y sigues esperando por esa antropología de la comarca. El hecho de provenir el autor de la Asturias oriental y el de contraer más tarde en Somiedo, explica que se profundice en la exposición de estas áreas, con cuyas costumbres no siempre te sientes identificado. Sigues esperando por una antrolopogía de tu zona. Julio Concepción aportó ingentes materiales, pero falta ese albañil que ponga el cemento y arme la casería.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Leer para que alguien te lea es una labor de seducción más que de aporte de datos. El escritor debe ser un hábil persuasor para irle inoculando al lector, todos los datos del relato. Un escrito de Carlos Ruiz Zafón, de Almudena Grandes, por ejemplo, es más ameno de leer que 'Innovaciones en la Diplomacia Económica Española(2000-2012)'. Hay eruditos que saben mucho, pero no saben comunicar, no saben transmitir. Hay personas que no saben leer ni escribir y son unos excelentes comunicadores. Si hay que consultar el 'Aranzadi' se consulta, como un manual operativo, y no como un libro de cabecera. Saber escribir es más que unir sujeto, verbo, predicado y complementos. Saber escribir es saber llevar de la mano, metafóricamente, al lector, para que se mantenga atento al relato y no se distraiga ni con sus propios pensamientos. La antropología es una ciencia intrínsecamente humana y lo humano siempre interesa y si no, fíjese en el éxito de ciertas películas, de ciertos programas que tratan temas esencialmente humanos, porque nuestra perversión escoptofílica de mirar sin ser vistos sostienen el cine y la televisión y no exclusivamente en temas sexuales, algo intrínsecamente humano. Reivindicamos el derecho a nuestra intimidad, pero deseamos saber 'todo' de la biografía de los demás (consúltese el éxito de Gran Hermano y semejantes)
Aún sin aglutinante, será interesante conocer la antropología asturiana, para no olvidar nuestros orígenes, para que no se pierdan nuestras costumbres, nuestra identidad.

Anónimo dijo...

La historia siempre se debe tener presente, no se deben olvidar las tradiciones, aunque algunas queden ya obsoletas y no sean nada practicas. La sidra asturiana identifica toda una región. La fabada asturiana es de fama internacional. El queso de Cabrales genuino no se debe perder, es patrimonio de la humanidad. El agua de Borines, de Cuevas, de Fuensanta son minerales valiosos que hay que poner a disposición del mundo. Pero para que no quede en agua de borrajas, las DOP, las IGP y la COPAE velan y certifican la calidad de los mejores productos. La historia la determina la política. Los políticos deciden en qué gastar el dinero. La política marca el desarrollo económico y la vida social. La unidad de los políticos y agentes sociales va a determinar el cambio que supere la «Asturias de segunda»
Asturias tiene un gran potencial, pero los datos dicen que necesita un cambio. Unidad empresarial, pero también política y social. Asturias tiene la capacidad para estar en los vagones de cabeza, a largo plazo. Todos tenemos que alinear todos los recursos hacia el cambio, o resignarnos. Si no abordamos ese cambio, corremos el riesgo de acabar siendo una región de segunda. En ese camino hacia el cambio, la empresa tiene que ser el motor de la trasformación económica de Asturias. Hay que estar por encima de pugnas partidistas y electoralistas, por encima de eso están los intereses comunes de todos los asturianos. Es necesario un pacto por la competitividad de la industria asturiana, con altura de miras por parte del Gobierno, los empresarios y la Universidad, del que derive un marco, con políticas medioambientales que permita a las empresas ser competitivas; políticas de fiscalidad acompasadas con las del resto de los territorios para que no perdamos competitividad y políticas de costes energéticos «estables y competitivos», donde se aborde la descarbonización dentro de una ley de transición energética «justa y ajustada» al territorio.
Problemas de conectividad aérea que tienen los empresarios asturianos con Frankfurt o París. Necesitamos conexiones que den servicio a la empresa asturiana exportadora. En el mismo sentido la variante para el ferrocarril, que mientras algunos celebran el 25 aniversario del AVE, otros esperamos que la buena voluntad del ministro se cumpla. También se echa en falta la autopista del mar, que funcionaba bien y era muy útil, y no sabemos cómo ni cuándo va a volver a operar.
Crecemos, pero a menor ritmo que la media. Y no es que seamos más torpes que otros, pero tenemos menos tasa de ocupación. ¿Tenemos que resignarnos a esta realidad o vamos a hacer algo por cambiar? La actual tasa de natalidad, el modelo impositivo, algunos déficits de comunicación, una visión miope del tejido energético o algunos parámetros de nuestra reciente historia económica no nos van a permitir estar tampoco en los primeros vagones, pero sí podemos por una vez no estar en el vagón de cola.

Karen Dinesen dijo...

Jolín, jolín, jolín!!
No sé si saludar primero a Luis o al Anónimo....
Anónimo, ya puedes estar agradecido por el atril que te presta Luis Simón. ¡¡Mucho mejor Buridán que el Speakers'Corner de Hyde Park!! Que allí solo podrías amenizarnos con tu sabiduría los sábados por la mañana. Y Luis Simón te presta la tarima casi todos los días...
Lo de "amenizar" lo digo sin ironía. Yo empecé a leer los textos de Luis y pasé después a leer solo los comentarios.
Ya puedes disculparme Luis Simón pero el anonimato de esta persona o personaje me dejó perpleja.Es un histrión. Pero inteligente, lúcido,sabio.Esto último no porque acumule conocimiento (que para eso está el google) sino por su capacidad para buscar la información y utilizarla maravillosamente bien con la finalidad que pretende: PROVOCAR. Es como un juego. Maneja el verbo de maravilla y sabe ponerse en situaciones contrarias si lo pretende. Tú sigue publicando,Luis. Visitar tu blog es doblemente interesante: por tus escritos y por los del Anónimo.
Seguramente M. opina lo mismo.
Saludos a los tres.

Victoria (k.D.)

Karen Dinesen dijo...

Anónimo, no quiero ser injusta. Además de saber buscar la información adecuada para ponerla en el lugar oportuno, también tienes un amplio conocimiento sobre Asturias en todas sus dimensiones. Y gran capacidad de análisis…

Karen Dinesen dijo...

Los comentarios que has hecho en esta entrada son soberbios!! Todo lo que escribí en mi primer comentario fue el fruto del impulso después de haber leído unos cuantos de otras entradas.
Saludos

Anónimo dijo...

En todas partes siempre hay algún cabroncete que parasita el fruto maduro del trabajo de otros y se nutre del texto como pretexto para hacer su propia tesis. Seres taimados que son tan poco recomendables como algunos políticos. Es como cuando uno se levanta a echar un cigarro y le quitan el escaño, o el sillón, o el tayuelu... o el mérito de su artículo. Es de esperar que Lucciano sepa encajar cada palabra en su justo sentido y no se tome a mal los comentarios, porque si decide cortar la rama... no se pretende hacer leña del árbol caído.