El libro comienza con un canto a su pueblo natal, añorado siempre, a la vez punto de partida y eterno objetivo de retorno: la aspiración a que al final del giro completo de la rueda, se confundan las etapas final e inicial. Aprovecha para rendir un homenaje a la maestra, que la marcó y que fomentó una educación igualitaria.
Recuerda esas costumbres casi perdidas como el sanmartín -que entonces contemplaban los niños con naturalidad y hoy sería motivo de acudir a la fiscalía de menores-, o las faenas de la hierba, las fiestas de la localidad, las navidades, las esfoyazas, los carnavales,...
También cuenta algunas historias de amores y desamores, que dejan en la penumbra si hay algo de autobiográfico en ellas.
Finaliza con una conversación con una conocida tarotista, forma adecuada de cerrar una aventura exitosa que el tesón de Laura llevó hasta la imprenta, contando seguramente también con el soplo de la fortuna, tan presente en muchos
2 comentarios:
Está muy bien enterarse de la vida por los libros, como si la realidad de todos los días no nos comprometiese lo suficiente con las vidas imbricadas con la nuestra: padres, hijos amistades, compañeros de trabajo. Cuántos horas dedica un autor a confeccionar su obra y se las priva a los demás de su trato. Está visto que les tiene que producir mucho más placer escribir que disfrutar de la compañía de la gente (de la que quizá escriben en el libro) Escribir en soledad para que otros, también en soledad, lean esas palabras que no pudo o no quiso expresar a nadie. Los placeres solitarios siempre estuvieron muy reprendidos por los religiosos, como actos de egoísmo. Horas de soledad excitando la imaginación para describir, con más o menos gracia, lo que se ve todos los días, en unos ambientes u otros. La conversación de los que tiene enfrente, en un viaje en tren de Lena a Oviedo, es una historia para escribir un libro. Y así cada día que viajas en tren, la gente se cuenta cosas intimas y no tan íntimas como si nadie lo oyese, por la cara de pazguatos distraídos que ponen los que tienen delante, disimulando como si no escuchasen, con los auriculares puestos. Los trenes que tienen la configuración de los asientos de otra manera, no favorecen las conversaciones, la gente lleva su música, sus ordenadores, o ponen películas en el patio de butacas del coche de pasajeros. No sabemos descansar la mente, hacer yoga, meditar, oírnos a nosotros mismos, por eso queremos mantener la mente ocupada, cuando no las manos. Debe de haber conciencias que no encuentran tranquilidad.
El azar y la necesidad es un ensayo del biólogo Jacques Monod. El título está inspirado en una cita atribuida a Demócrito, según la cual «todo cuanto existe es fruto del azar y la necesidad».
¿Azar o necesidad? La evolución de la vida inteligente. Ambrosio García Leal (Cádiz, 1958)
¿DESTINO O AZAR?, de Laura H. García
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