2019/01/19

TEATRO

Sabías por la prensa que la joven doctora había participado como actriz en alguna representación de la compañía de teatro cuasi familiar, pero si tu mujer no hubiera ido a la especialista esta semana, no te habrías enterado -porque la difusión fue mínima- de que para este viernes estaba prevista una actuación de su grupo -y de ella- en el centro social de San Claudio, muy cerca de Oviedo.

https://issuu.com/chanclosasgaya/docs/quienyelpostreru

No sabes en qué clase de público pensó el autor cuando escribió el guión y cuando -como director y protagonista- lo llevó a las tablas. Quizá se imaginó un público joven, universitario.Por el argumento no era lo esperable, pero por soñar que no quede.

El público en los centros sociales es el que es. Sociología pura. Los primeros minutos de la representación hubieron de compartirse con el ambiente de fondo de las fichas de dominó sobre la mesa y del golpeo de las cartas al cantar las cuarenta. Quizá ese murmullo forme parte del decorado sonoro y no procede enfadarse. Al fin y al cabo, hablamos de teatro costumbrista. La obra no tenía más pretensión que hacer reír a los asistentes y a fe mía que lo consiguió.

Si la doctora-actora no fuera hija de un compañero tuyo del seminario, casi seguro que no habría salido nunca la conversación, pero gracias a esa feliz coincidencia, pasasteis una tarde entretenida.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

La vida es puro teatro. La risa una catarsis por no decir la mejor medicina. Los centros sociales, los mejores lugares de convivencia. Sería deseable ir llenando cada ve más los centros sociales y vaciando a la vez las sañas de espera de las consultas médicas. Los seminarios son centros a extinguir. Hoy nos e dan las condiciones sociales de hace 50-60 años para internarse en un seminario y consagrarse a Dios. He conocido novicias de 25 años en conventos de clausura y hablando con alguna, teniendo a su superiora delante,no he entendido las razones para que na mujer joven, guapa, inteligente, de familia adinerada, sin aparentes lacras, pueda elegir encerrarse entre las paredes de un convento de clausura: entiendo a la doctora misionera que se va a misiones a curar a las personas más desfavorecidas, entiendo a las monjas que consagran su vida a cuidar necesitados, incluso en España, que se que van por las noches a ciertas casa a cuidar ancianos, van a poner inyecciones a enfermos, es una labor encomiable. Hay curas que hacen lo mismo. En otras ramas de la religión católica hay curas que se casan y trabajan en fábricas, en talleres, enseñando en universidades. La medicina se puede ejercer en una consulta, en un escenario, en un aula, en un púlpito. Lo que nos hace enfermar y mata la fe, son esos escándalos de abusos de ciertos individuos de las profesiones vocacionales al servicio del bienestar social, como la de un médico, que por desidia, no busque la salud del enfermo, en cualquier ambiente, la del cura que busca y frecuenta la pedofilia, así como cualquier otra falta de amor, caridad, solidaridad... entre los miembros de su comunidad, porque para eso es mejor que se quite los hábitos (que ya no se estilan) y así, sus bajas pasiones no salpican a una congregación (recordemos ese viejo refrán de que nadie puede afirmar... ni que ese cura no es su padre). Bien por las médicas hijas de antiguos seminaristas que dejaron el seminario y formaron una familia de bien vivir y de buen hacer. Encomiable.

Anónimo dijo...

Leyendo comentarios como el tuyo nos damos cuenta que se puede hacer teatro sin llegar a reivindicaciones como las de los de la ceja. El teatro representado es cultura (no pensemos en perversiones) y coordina a muchas personas para llegar a los escenarios. Hay quien vive del teatro. Los teatros, como locales, van desapareciendo, como van desapareciendo los cines, porque el modo de llenar el ocio va cambiando. Se llenan los campos de fútbol y se consumen más películas que años atrás, porque Internet y la televisión de pago, facilitan la descarga y la visión. Como actividad cultural, seguramente, las agrupaciones que se dedican al teatro reciben ayudas municipales, como le dan a otras tantas asociaciones. Mantener institucionalmente un grupo de actores, con la industria del cine, en España no es rentable: Hollywood exporta su modo de vida al resto del mundo. Hemos tenido buenos escritores de guiones, pero la industria de hacer dinero amortiza las inversiones en producción de los accionistas en cada película, que se venden por bloques. Pronto es san Juan Bosco, patrono de