2014/06/01

PODEMOS Y LAS REVOLUCIONES

Seguimos con Víctor Hugo y Los Miserables, todavía en la página 687.

Las revoluciones tienen el brazo terrible y la mano feliz; golpean con firmeza y eligen bien. Aun incompletas, aun degradadas y espurias, y reducidas a la condición de revolución menor, como la Revolución de 1830, la Providencia no les niega nunca un poco de luz para acertar en algo. Su eclipse nunca es una abdicación. Pero no alardeemos demasiado, las revoluciones también se equivocan; y hemos visto algunas equivocaciones graves.
Fin de la cita.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La implacable Carme Chacón, sabedora de su favoritismo para líder el partido entre los electores, vino a decir que celebrar las primarias abiertas en las que los españoles eligieran al candidato a la presidencia del Gobierno primero, y después celebrar un Congreso Extraordinario que decidiera el nuevo Secretario General, era una maniobra de Rubalcaba para evitar la apertura del PSOE a la sociedad. Mi respeto y admiración por la Chacón.
Revolución significa vuelta (revoluciones/minuto). Un cambio para elegir al que será presidente de un partido, bien merece que se haga democráticamente contando con TODOS los afiliados. Un cambio en la transparencia en las cuentas del Estado, en las cuentas de la monarquía, en las cuentas de los diputados, un cambio en la preferencia de los gastos del Estado, un cambio en sus estructuras... no se si merecerían la reprobación de Víctor Hugo. Cuando la gente no aguanta más, la gente pide el cambio. Hay gente que está muy bien apoltronada en el sistema y quiere impedir el cambio. Algunos utilizan el ejército para impedirlo. Otros utilizan atentados para lograrlo. La Revolución Francesa de 1789 acabó con un determinado tipo de clase social, con unos privilegios para una determinada clase social, con una determinada estructura social. La revolución rusa también fue muy profunda. La insurrección obrera ocurrida en Asturias en octubre de 1934 contra el gobierno de la CEDA, que derivó en la proclamación de la República de Obreros y Campesinos de Asturias, y terminó ese mismo mes aplastada por el Ejército dirigido por Francisco Franco.

Alipio dijo...

Como ves, Luis Simón, seguimos siendo un país visceral. ( y anónimo excepto por la IP)

Y resumiendo el asunto, las garrapatas políticas no se quitan poniendo ladillas.....o cambiando la casta....o quítae tú que me pongo yo

Eso es ir de Guatemala a "Guatepeor"

Saludos.

Anónimo dijo...

Es cierto, Sipi, la monarquía parlamentaria británica es muy diferente, es democrática. Nosotros somos un país de gente emotiva, de gente apasionada que alimentamos nuestras vísceras más que nuestro cerebro. Pero parece que sólo coincidimos cuando juega la roja (un color denotativo lleno de connotaciones) y no se si los vascos y catalanes también lo viven con la misma intensidad, por aquello de que no se sienten muy identificados con los valores españoles.
A perro flaco todo son pulgas. Si el perro puede ser España, las pulgas o las garrapatas, o las ladillas pueden ser esos políticos corruptos: Bárcenas, Roca, Julián Muñoz, María Antònia Munar, Del Nido y Díaz Ferrán son los reclusos más famosos por la corrupción en España. (1.700 causas, más de 500 imputados y sólo 20 en prisión)Un estudio publicado en 2013 cifró en 40.000 millones el coste social de la corrupción en España y, respecto al aumento de fondos para la investigación, Justicia gastó más de 10 millones de euros en reforzar juzgados que investigan casos de corrupción en 2012.
¿Más vale malo conocido que bueno por conocer? Me vienen a la cabeza escritos de Galdós, de Unamuno, de Valle Inclán.
Hay gente que está buscando a sus muertos en la guerra civil matados por el ejercito de Franco y son tan dictadores como él, aunque renieguen de su dictadura.

Anónimo dijo...

Hace ya muchos años leí 'El Miedo a la Libertad' de ERICH FROMM. Me hizo reflexionar y entender muchas cosas. Hoy el concepto de 'cultura del miedo' es un término que hace referencia a una percepción común de miedo y ansiedad en discursos públicos y relaciones personales, y cómo ésta, puede afectar la manera en que las personas interactúan con las demás. La cultura del miedo es un fenómeno relativamente nuevo relacionado con los medios de comunicación masiva, con importantes implicaciones dañinas en potencia. En estos términos, los miedos son cuidadosa y repetidamente creados y alimentados por cualquiera que desee infundir temor, frecuentemente a través de la manipulación de palabras, hechos, noticias, fuentes o información, a fin de inducir ciertos comportamientos personales, justificar acciones o políticas gubernamentales (en el país o el extranjero), mantener a la gente consumiendo, elegir políticos demagogos o distraer la atención pública de supuestas problemáticas sociales más urgentes como la pobreza, la seguridad social, el desempleo, el crimen o la contaminación.