2011/09/30

CONTABILIDAD Y GESTIÓN DE LA COSA PÚBLICA

Lees en La Voz de Asturias que el pleno del Ayuntamiento de Mieres, con mayoría de IU, aprobó a instancias del PP cambiar un convenio que el anterior consistorio de mayoría socialista había firmado con el ADIF (propietario de las estaciones del ferrocarril) para no pagar un duro en la construcción de un aparcamiento en las inmediaciones de la estación de Mieres.

Por supuesto que cualquier nueva administración puede intentar cambiar lo que estime oportuno dentro de la legalidad, o incluso forzándola. Por supuesto que si no hubiera cambios se petrificarían las instituciones, las costumbres y la vida. Lo que no te parece tan bien, más bien te parece muy mal, es que los nuevos consistorios, los nuevos directivos, los recién llegados a cualquier cosa, quieran desconocer con prepotencia e incumplir con impunidad la legalidad existente.

Dicho lo anterior, que no era lo que te movió a escribir estas líneas, vas a la idea originaria. ¿Es esto la gestión pública? Te viene a la mente un refrán asturiano que sueles oír pronunciado de esa forma tan peculiar en algunos lugares del monte astur: El botsin y la botsina too sal de la farina (el bollín y la bollina todo sale de la harina).

O el aparcamiento lo paga el Ayuntamiento de Mieres por entender que es un beneficio para los usuarios de Mieres poder dejar el coche al lado de la estación para tomar el tren, o lo paga ADIF por considerar que favorece el transporte público ferroviario. Siendo tanto el Ayuntamiento de Mieres como el ADIF entidades públicas que se amasan principalmente con la harina de los tributos, llámense en unos casos bollín y en otros bollina, te preguntas si la mayor aspiración de un gestor público es intentar sacar lo máximo para los suyos y para sus cuentas a costa de otras cuentas públicas y si esa contabilidad de suma cero puede servir a todos para promocionarse porque lo que para unos es una suma, para otros será una resta ¿o lo hacen bien todos, sumen o resten?

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