Estás leyendo estos días, y tendrás para rato, los ANALES de Tácito, historiador romano nacido en el año 55 de nuestra era. Te encuentras con esta frase:
“En la paz se puede tener consideración a las causas y méritos de cada uno, más en la guerra padecen igualmente el inocente y el culpable”.
No sabes si es una frase de Tácito o de Germánico, militar romano así conocido en la posteridad por ser pacificador de la Germania, que tuvo que combatir al enemigo nórdico a la vez que sofocaba escaramuzas y rebeliones internas de sus tropas. Con esa frase se invita a la tranquilidad interna después de frecuentes intentos de sedición.
Donde dice guerra, se puede leer también conflicto, problema, cuestión, y te acuerdas de Tácito cuando piensas en la economía griega, pero también en una crisis laboral o económica o política o escolar. ¡Y las crisis son tan frecuentes en todos los ámbitos! Casi nunca se está en paz y casi nunca se tienen en cuenta las causas y méritos de cada uno, sino que padecen igualmente el inocente y el culpable.
En Grecia el que gestionó bien, acabará pagando lo mismo que el manirroto. Si una empresa va a pique, malamente se podrán salvar el buen trabajador, eso en Grecia y en España.
¿Qué más da hacerlo bien que mal cuando la suerte está echada?
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