2011/09/17

EL EXCESIVO ASOCIACIONISMO

Coincides en la barra del bar, mientras das cuenta de una botella de sidra de las proletarias, con ese conocido de vista al que hasta ahora no habías tenido ocasión de preguntar si había estudiado en el Seminario. Sorprendido (y alegrado) dice que sí. Aclaras que tú eras unos cuantos cursos por debajo, por lo que no tiene por qué darse cuenta de ti, pero que lo conoces por fotos de otras promociones que se cuelgan en el Facebook, precisamente de una Asociación de Antiguos Seminaristas, asociación nada maléfica.

Precisamente estabas leyendo que el jefe de la policía local de Oviedo achaca la alarma social por la delincuencia en un barrio al excesivo asociacionismo de la zona.

Normal. Al poder que pretende, no servir al pueblo, sino perpetuarse en el propio poder, no le interesas las asociaciones. Las asociaciones con algún tinte reivindicativo son engorrosas, dan (con perdón) por el culo, cuestionan a las instituciones al dar a entender que hay otras formas de conocer las inquietudes de la gente.

No vas a negar que pueda darse el caso de asociaciones de dos personas que meten más bulla que si fueran cien, pero ahí está su habilidad y ahí debe estar la perspicacia del poder político para saber a cuántos representan.

Habías leído que el asociacionismo de un país era síntoma no solo de desarrollo democrático, sino de desarrollo sin más adjetivaciones. Buscas en un viejo libro de sociología de 1974 qué dice de las asociaciones, porque algo de eso te sonaba de ese libro, y lees que en las cinco provincias más industrializadas del país (entonces) había 44 asociaciones por cada 100.000 habitantes, mientras que en las cinco menos industrializadas, el índice era de 11.

No te extraña que el jefe de la policía local piense eso. Antes de serlo, ya la gente bajaba la voz en cuanto aparecía por el patio. Quizá indagaba si había alguna célula asociativa por allí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ja,ja, el último párrafo es pura memoria historica, ¡ que tiempos de la BPS!, y, atención pregunta: ¿quien lo nombró jefe de la policia local?, coño, fué Masip el sociolisto!

Anónimo dijo...

Lobo repartia,a mí me dió una vez en el estudio una yoya,que todavia estoy flipando.Estoy esperando verlo para poner la otra mejilla.