LOS TRENES POR SU VÍA Y EL DINERO A PAGADURÍA

Tardaste unos cuantos días en parir un comentario para no decir nada nuevo. Si te detuvieras en una búsqueda por palabras sería fácil que pudieras hasta aportar un autoenlace.

En un corto período de tiempo lees tres noticias del sector de transporte, ninguna de tu empresa, aunque podría ser. Crees que ocurre lo mismo en la enseñanza, en la sanidad o en la policía local, por poner tres ejemplos al azar del sector público.

En una leíste que FEVE había suspendido definitivamente a un maquinista que por exceso de velocidad ocasionó el descarrilamiento de un tren. En otra, se publicó que a un interventor le cayeron cuatro días de empleo y sueldo porque se pasó con un viajero. En la última, más reciente, ocurrió que un conductor de los transportes urbanos de Gijón, se presentó a trabajar con 0,51 miligramos de alcohol en aire espirado. Al día siguiente de los hechos, la empresa le nombró servicio como si tal cosa.

En el primer caso, el tren tuvo que descarrilar para que se tomaran medidas. En el segundo, la trascendencia del hecho se debió a que llegó a intervenir la Policía. En el tercero fueron unos viajeros los que comunicaron la anómala situación del conductor a la Policía Local.

Para ocultar la vergüenza el Ayuntamiento de Gijón apela a la presunción de inocencia. En tu empresa, con un procedimiento de sanciones extraordinariamente garantista en cuanto a las formas, el Instructor del Expediente (cargo que ejerciste en otro tiempo) puede acordar la suspensión cautelar de empleo -artículo 469 de la Normativa Laboral-. Por lo que buceaste en Internet, en otros sectores adoptar esa medida es todavía más fácil.

Te encuentras con un sindicalista de FEVE y le muestras su extrañeza por que haya sido la empresa quien filtra estas noticias y le preguntas si es que quieren dar a entender que están en una época de aumento de rigor. Más bien te indica lo contrario, que en las empresas todos se conocen y que ya tardaban en armar alguna.

Lo lamentable es que las empresas (públicas) no atajan estas situaciones. A veces hasta agradecen que alguien de afuera venga a cortar lo que desde dentro es imposible, a veces será un juez, otras la policía, otras un grupo de consumidores, pero en este caso, tienen que ser tenaces en la pelea, porque el corporativismo todo lo puede.

La descentralización de las administraciones, la horizontalidad de las relaciones laborales, la pérdida de prestigio de las jefaturas (entre otros motivos por las sistemáticas designaciones digitales) y la presión o el temor sindical traen consigo una preocupante rebaja de la disciplina hasta el punto de que nadie va a molestar al mal trabajador, al jeta, al incumplidor, al que se presenta tarde a su puesto de trabajo, pero que es extraordinariamente puntual, puntilloso y hasta negrero en su negocio particular.

En tu empresa, circulaba un compendio de las obligaciones del personal: “los trenes por su vía y el dinero a pagaduría”. Se quiere decir, con un punto de exageración, que solamente sufrirás alguna consecuencia si tienes un incidente grave con la circulación de los trenes o si te guardas o te retrasas en ingresar en caja el dinero que recaudas de los clientes.