2009/08/03

LA VOCACIÓN Y EL COMPROMISO

Free Web Counters
Lees una entrevista al actor Josep Maria Pou (por lo visto Maria en catalán no se acentúa, tú lo respetas) y destacas lo siguiente.
- He llegado a la conclusión de que es mucho más importante la palabra compromiso que la palabra vocación. Se puede llegar, sin vocación, a ser un buen maestro o un buen actor cuando con el paso del tiempo vas descubriendo lo que es el compromiso.

Si meditas un poco estás de acuerdo. No todos los trabajos humanos son vocacionales o, si se permite el neologismo, vocacionables, es decir, susceptibles de que un niño o un adolescente o un joven los vea como el trabajo/función/cometido al que uno se va a dedicar de adulto. Concibes que un niño o un adolescente anhelen ser actores o maestros o abogados o curas o jueces o arquitectos o maquinistas o astronautas, y que eso pueda llegar a llamarse vocación, pero no aciertas a adivinar que antes de los veinte años alguien quiera ser Jefe de Producción de una Central Lechera o actor porno o encofrador o Presidente de la Confederación Hidrográfica o Programador de Horarios de Vuelo.

Te gusta, sin embargo, la palabra vocación, no sólo porque el que declarara no tener ninguna, peligraba parecer un insulso, sino porque es ilusionante contar con una noble aspiración desde la niñez. Vocación, ser llamado, tiene una innegable connotación espiritual o ideal, no necesasriamente religiosa . Quieres buscar un rasgo positiva a la vocación dando por supuesto que de jovencito nadie quieres ser traficante de drogas o ladrón, aunque se juegue a ello.

Sin embargo, te gustaría todavía más la palabra compromiso si no fuera porque en los últimos tiempos está siendo manoseada por el marketing empresarial y por la comunicación interna de las empresas para involucrar más a los asalariados. Así y todo, confías en que ese uso sea, como otros, pasajero. Seguramente nadie tiene de joven vocación de barrendero ni de responsable de atención al cliente ni de analista de riesgos bancarios ni de Inspector de Enseñanza pero todas estas funciones se pueden desarrollar mejor si hay un compromiso, un prometerse con, con alguien, incluso con uno mismo o con el ciudadadano que paga impuestos.

Estás con el actor Josep Maria Pou, que llegó a actor por casualidad, acudiendo por las tardes de la mili a la Escuela de Arte Dramático porque quería mejorar su locución de radiofonista, y encontró más tarde su vocación o bien se comprometió con el trabajo que la vida la fue dando. Y este ejemplo te parece que vale para casi todo el mundo, incluso para el más típico de cura, que puede incluso haber perdido la inicial vocación pero decide seguir adelante porque asumió un compromiso con un pueblo o con un grupo de desfavorecidos.

2 comentarios:

belijerez dijo...

Pues si, yo estoy de acuerdo con esto del compromiso. A mi me ha funcionado mejor eso que lo de lavocación, que por cierto no se cuál tengo.
Además cuando haces algo bien por puro compromiso te sientes más satisfecho contigo mismo, te sientes feliz de hacer lo que haces porque quieres hacerlo lo mejor posible, y das de ti lo mejor.

Karen Dinesen dijo...

Acertada reflexión y acertadamente trasladada.
Si me permites un par de matices:
1.Algunos estafadores lo son por vocación.Hay quién lleva a cabo un engaño, no tanto por un interés económico sino por lo que de placentero puede tener la satisfacción de haber engañado con habilidad.
2.Al compromiso se llega a veces a través de la vocación.Esto sirve para algunos curas como los que refieres en tu estupenda reflexión.