2009/08/04

A FAVOR DE LOS PUENTES, CONTRA LA OPINIÓN GENERAL

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Una serie de influyentes articulistas parece que se ponen de acuerdo en echar su cuarto a espadas contra los puentes cuando el calendario hace coincidir unos cuantos en un corto espacio de tiempo, por ejemplo en diciembre-enero.

"En este país, diciembre -extendido hasta el 7 de enero- simplemente no existe a efectos laborales. Entre el disparatado puente de la Constitución y las Pascuas, que ya duran tres si no cuatro semanas, casi nadie pega un palo agua". Del artículo "Nuestras autoridades contra el trabajo", de Javiera Marías.

Con motivo de la Semana Santa soltó otra filípica, titulada esta "El país que se toma la crisis a broma". Cuanta el ilustre escritor que entre Semana Santa, Lunes de Pascua, San Isidro y el Corpus, sábados y domingos, son inhábiles el 43 % de los días.

Y viene a decir que eso es un despilfarro y que no hay país que lo soporte.

Tú más bien sostienes lo contrario. Más bien piensas que el país no se paraliza: los transportes funcionan, la policía trabaja, las grandes superficies aprovechan para abrir en muchas comunidades autónomas, los hoteles están a pleno rendimiento, posiblemente los profesores están corrigiendo exámenes en su tiempo libre, los cajeros automáticos son debidamente atendidos por alguien si se agotan los billetes, los teléfonos móviles no se colapsan, internet funciona, los altos hornos siguen produciendo arrabio, los periódicos se venden (por cierto al mismo precio aunque por esos puentes tengan la mitad de páginas), las urgencias de los hospitales están atendidas, el agua, el gas y la luz se siguen suministrando y si alguna avería se produce alguien resuelve la emergencia.

Los servicios de apoyo técnicos y administravios de todas esas actividades anteriormente reflejadas no están del todo desatendidos. Lo que ocurre es que en esos puentes hay operarios que realizan sus funciones propias y simultáneamente muchas de las de los compañeros que hacen puente, que, por cierto, no marchan por la cara sino a cuenta de un día de sus vacaciones o un día de permiso al que tienen derecho, y que si no lo toman en esa fecha y lo acoplan a las vacaciones posiblemente el empresario tendría que contratar personal, mientras una ausencia entre jornada y jornada, la atiende cualquiera, entre otros motivos por compañerismo con el ausente.

De manera que menos simplificar con los puentes, que, contra lo que a simple vista pueda pensarse, son excelentes para la contabilidad de las empresas y para el bolsillo del empresario.

2 comentarios:

Umbriel dijo...

Creo que opinan contra los puentes los que piensan que solo ellos tienen derecho a estar en el dulce no hacer nada y claro les molesta que se masifiquen los lugares de ocio, es costumbre aristocratica el quejarse de lo poco que trabaja el pueblo.

Karen Dinesen dijo...

Ya somos tres a favor.¡A ver si al final resulta que esa "opinión general" en contra va a ser sólo un rumor!