2007/03/08

LA SENTENCIA DE MORALA



(Hechos: con motivo del conflicto de la naval, se originan unos destrozos en la regulación semafórica de Gijón y son juzgados dos líderes muy destacados de la Corriente Sindical de Izquierdas, Morala y Carnero).

Internet te brinda la oportunidad de tener más información y de juzgar por ti mismo, y nunca mejor dicho lo de juzgar. Estás deseoso de conocer el texto íntegro de la sentencia sobre el caso Morala para poder opinar de primera mano. Desconfías de las noticias jurídicas de los periódicos. Estás harto de que se confunda acusación privada con acusación particular, denuncia con demanda y con querella, delito con falta administrativa o con simple incumplimiento civil. Haces una excepción si lo lees en El País y la noticia la firma Bonifacio de la Cuadra. Son muchos años de contrastar información y ves que si del dicho al hecho hay un trecho, de lo escrito a la realidad el trecho se agiganta, pero de Bonifacio de la Cuadra te fías. Este caso solo tuvo reflejo en la prensa regional y si EL PAÍS informó algo, la noticia la firmaría el corresponsal en la región y no el periodista-jurista, lógico por otra parte.
Tiendes a pensar que el caso Morala es un caso singular, pero casos como ese habrá habido miles y seguirá habiendo. Por la prensa leíste que hubo unas manifestaciones por los problemas de la naval en Gijón y que hubo detenciones. Son asuntos en los que tienes una deformación profesional tal que si no lees copias de documentos originales desconfías, porque estás hasta las narices de leer de oídas.
En realidad es un caso más, pero lo que tiene de original es que pasó en tu región y que la prensa informa de ello de vez en cuando. Sin duda habrá ocurrido lo mismo en el País Vasco y en Vigo y en Cádiz y en muchos conflictos laborales. Pero también muere mucha gente en muchas partes del mundo y a ti te molesta más una gotera o que no funcione la calefacción del coche. Por lo mismo te fijas en lo que te resulta más cercano.
Tienes un motivo especial para preocuparte por los incidentes de la naval. No puedes olvidarte de que te putearon bastante en el trabajo cuando trabajabas en Veriña en los años ochenta, cuando quemaban neumáticos a la salida de Gijón con lo que se cortaba el suministro eléctrico a los trenes, y tú que tenías pensado tener una mañana tranquila, leyendo el periódico o quizá un libro, resulta que tenías que estar atento a los autocares que te llegaban en sustitución de los trenes, a las protestas de los viajeros, etc., de manera que estabas predispuesto contra los de la naval. Te preguntabas que por qué no cortaban la autopista. Como si te hubieran oído, en las protestas de los años noventa pasaron a cortar ya la autopista. Claro que eso podía ser un mal síntoma, el síntoma del retroceso del ferrocarril. No iban a quemar neumáticos en una caleya por donde no pasara nadie. Si lo miras bien, mala cosa para el ferrocarril que ya no sea objeto de cortes de vía, de quemas de neumáticos.
El caso es que a primeros de marzo de 2005 se recrudeció el conflicto de la naval. La Confederación Sindical de Izquierdas, CSI, es un sindicato radical, que actúa muchas veces fuera de la ley, originando destrozos. Te duele que lo hagan así con los bienes de tu empresa. Tienes una impotencia grande, en parte porque no ves la oportunidad de devolverles la misma moneda. ¿Si hubiera un conflicto ferroviario, irías a un astillero a armar follón, aunque sea solo a hacerle unas pintadas un día antes de su botadura, solo eso? No, de manera que te sientes inferior porque reconoces la efectividad de la violencia y tú no estás por la labor.
Por suerte en http://www.elcomentario.tv/ encuentras la sentencia completa sobre el caso Morala. También en dicha página, pilotada por Juan Vega, un periodista que te cae fatal por chulo y prepotente, pero que tiene una buena página y una cosa no quita la otra. También tuviste que leer declaraciones simplemente falsas de la alcaldesa de Gijón, cuando intentaba irse de rositas y decir que los destrozos ya eran cosa del juzgado, que en el Ayuntamiento no tienen arte ni parte, cuando sabes por tus escasos conocimientos jurídicos que si la parte perjudicada no aporta una factura de daños el caso se archiva, porque ningún perito va a realizar un peritaje de oficio para demostrar que el daño es superior a cuatrocientos euros, frontera entre el delito y la falta. En la propia sentencia se reproduce literalmente que comparece un funcionario de la Policía Municipal en representación del Ayuntamiento de Gijón para hacer entrega de un informe del Ingeniero Jefe de la Sección de Tráfico y valora los daños en 5.624,83 euros.
En la misma página web se incluye el vídeo que la Policía aportó al juicio y que fue definitivo para la condena. Tienes oportunidad de ver y de juzgar lo mismo que el juez consideró para condenar y te parece suficiente.
Supones que el juez Lino Rubio sabía que la sentencia iba a ser muy estudiada y aquilató mucho los términos. Te parece que una condena de tres años bien merece una sentencia de catorce páginas. No tienes elementos de juicio pero no te parece que todas las sentencias sean tan amplias, pero en este caso, la fundamentación es completa. Comienza justificando que un cajetín de señales es un elemento afecto al servicio público, luego reproduce con todo lujo de detalles las manifestaciones de los policías que grabaron la secuencia, sus declaraciones y cómo llegaron a la conclusión de que realmente Morala y Carnero eran los autores de los destrozos.
Lees íntegramente la sentencia y estás de acuerdo con ella.
Unos días después lees que en otro caso distinto pero enmarcado también en el conflicto de la industria naval, por unos destrozos en unos coches, la jueza Rosario Hevia absuelve a los mismos sindicalistas de la acusación que pesaba sobre ellos. No te extraña. Lo impensable resultaría que la jueza justiciera Rosario Hevia condenara a alguien de los que ella considera desfavorecidos de la sociedad. Sin duda es una fiel representante de la corriente alternativa del derecho, que considera que su función en la vida no es aplicar la ley sino deshacer las injusticias. No querrías que te tocara nunca como jueza, ni como acusador ni como acusado porque a través de sus artículos de prensa ves que es una persona visceral, prejuzgadora y con patente de corso.
Al fin y al cabo tú también tienes unas ideas preconcebidas contra los de la naval y Rosario Hevia tiene otras, lo que ocurre es que tú no eres nadie y Hevia es jueza y decide sobre haciendas y libertades. A lo mejor, y salvando las distancias, hay un paralelismo con lo que una vez le dijo un pirata a Alejandro Magno cuando, llevado ante él, éste le preguntó con qué derecho infectaba los mares y el pirata le respondió que con el mismo derecho que él los infectaba, solo que como el pirata iba con un triste y solo barco, lo llamaban pirata y Alejandro como iba con una flota era llamado emperador.
Seguramente todo es relativo.

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