2007/03/15

CRISTINA COTO

Como siempre, antes de ir a trabajar, enciendes el ordenador y echas una ojeada a la prensa electrónica asturiana. Esta mañana te entretuviste un poco y casi no te dio tiempo, pero pudiste leer en la portada de La Nueva España un titular que te impactó: La diputada del PP Cristina Coto denuncia por acoso sexual al dirigente popular Luis Madiedo
Te suena Luis Madiedo pero Cristina Coto sabes perfectamente quién es. Es una diputada autonómica rubia, alta, delgada y muy guapa que debe vivir cerca de tu casa porque la ves a menudo por la zona, normalmente acompañada de alguien que supones que es su madre. También la conoces porque con mucha frecuencia participa en un debate de una televisión regional. Igualmente porque coincides en una sidrería que frecuentas al mediodía en la misma calle del Partido Popular, en donde a veces se queda a comer. Vamos, que no te pasa desapercibida. Es del tipo musguina, tu tipo (ideal, claro).
Te parece que un hecho así tiene que ser noticia nacional.
Llegas a la oficina.
Aunque tendrás tiempo de leerla detenidamente después de comer, cuando la traiga tu mujer, te lanzas sobre LA NUEVA ESPAÑA de un compañero. Juras en arameo porque no te explicas que en la edición de internet salga en la portada y en la edición en papel, no. Te parece escandaloso, aunque sea de dominio público que LNE apoya al Partido Popular. Te escandalizas todavía más cuando compruebas que finalmente la noticia se publica después de tres páginas íntegras de anuncios de profesionales del cuerpo y del alma (entre ellos tu amigo Carlos) y ocupa un tercio de la cuarta página, estando el resto ocupado también por anuncios por palabras de dichos profesionales. Sacas la conclusión de que el director aplicó todas las técnicas que habrá aprendido sobre enmascaramiento de noticias. Necesariamente tiene que estar detrás la mano del director, en el que para más inri siempre creiste ver un cierto parecido con Ceaucescu. Tú y los parecidos.
Cuando vas a tomar el café lo comentas y en el periódico de la cafetería ves que sí figura en la portada. Caes en la cuenta de que tu compañero de oficina vive en la zona oriental y trae la edición de allí, mientras que en la cafetería está la de Oviedo. Compruebas los otros periódicos asturianos y ves que le dan la relevancia que el caso merece.
El juicio rápido está señalado para esa misma mañana, de manera que unos minutos antes de las dos, antes de marchar, entras en una página para comprobar si ya salió la sentencia. Salió. El acosador acusado reconoció los hechos con matices. Como es lógico, la prensa digital nacional ya se hace eco del caso.
Camino de casa, pasas por la calle del PP y ves alguna cámara de televisión grabando el exterior de la sede. Miras para las oficinas y se ve un inhabitual movimiento para esa hora: son las tres menos cuarto.
Por la noche ves la noticia en los titulares del Telediario y hasta en el teletexto.
Te alegras de que Mariano Rajoy haya tomado cartas en el asunto y haya decidido la expulsión del dirigente. Ves las imágenes en la tele y el tal Madiedo te parece un tío repelente y, además, gilipollas.
La oposición actuaría miserablemente si hiciera uso esa desgracia, porque ellos tampoco están libres.
Lees en LA VOZ DE ASTURIAS que hay un cierto paralelismo con el caso Nevenka, la concejala de Ponferrada acosada por el alcalde, también del PP en este caso. Lees que “el tribunal impuso una multa e indemnización pero la sentencia le absolvió”. Sabes que es falso porque la leíste. No te explicas esa falta de rigor. Una cosa es que el alcalde no haya terminado en la cárcel y otra que haya quedado absuelto. http://www.elmundo.es/2003/11/18/espana/1520703_impresora.html
http://www.elpais.com/articulo/espana/Constitucional/deniega/recurso/ex/alcalde/Ponferrada/condenado/acoso/sexual/elpporesp/20050127elpepunac_3/Tes
Nevenka también era muy guapa, un cromín, musguina también. Te pareció haberla visto un día en un bar de carretera de la provincia de Zamora hace ya unos años cuando venías de vacaciones de algún lugar del Mediterráneo. Tú llegabas y ella marchaba.
Piensas en el calvario que tuvo que vivir Cristina, tan guapa, acosada por ese tío, que todavía dice ahora que no va a dimitir y que tendrían que dimitir otros, pese a que se sabe que ya antes acosó a una trabajadora del partido.
Abjuras de LA NUEVA ESPAÑA pero mañana será el periódico que pinches en primer lugar, y el periódico que compres el fin de semana.
Te viene a la mente la frase de Catulo “Odi et amo”, poeta latino cuyas obras tuviste que estudiar en COU, seguidor de la griega Safo de Mitilene, ambos homosexuales, lo que no impidió que tu inolvidable profesor de Clásicas los incluyera entre las obras seleccionadas. Y eso que era un Seminario.
Pues lo dicho, en el mismo periódico tergiversador conviven los brillantes sueltos de Pedro de Silva con otras patrañas: odi et amo, odio y amo.

1 comentario:

Anónimo dijo...


No se puede ser más rastrero ni más mentiroso.

Salud y vete a la mierda donde te encontrarás a gusto y en tu salsa.