2020/08/13

RESPONSABILIDAD O IRRESPONSABILIDAD JUVENIL

Añaden algunos de estos que esos comportamientos son consecuencia de carencias en la comunicación para concienciarlos utilizando sus canales de comunicación y su lenguaje. Hablan también de la falta de alternativas de ocio y la prolongación de la adolescencia hasta edades avanzadas con escasas o nulas responsabilidades. También se dice que no se pensó en buscar alternativas de ocio para los adolescentes y los jóvenes.

Lo primero, que desde las altas instituciones docentes alguna responsabilidad tendrán.

Los jóvenes, por su preparación, tienen una capacidad de información y de comprensión superiores a la de sus mayores, no en vano la mayoría de la información se suministra en soporte digital. Igualmente estás seguro de que un joven tiene capacidad suficiente para distinguir el bien del mal. A los seis años se considera que se alcanza el uso de razón (por ejemplo para comprender que es obligatoria la mascarilla). A los 18 son electores y elegibles. Y penalmente responsables.

Durante las semanas de confinamiento, jóvenes y mayores estuvimos encerrados. No hubo más ocio que el doméstico ni para jóvenes ni para mayores. Todos se buscaron la vida y salieron del paso sin unos daños psicológicos generalizados en los que no crees.

Es cierto que algunos hábitos mentales y de conducta no ayudan: el descrédito del esfuerzo académico, los aprobados generales, el cuestionamiento de los profesores, la errónea confusión entre rigor y conservadurismo, la creciente irrelevancia de la responsabilidad individual que intenta echar la culpa a los otros, a la sociedad, al entorno.

Las alternativas a ese tipo de ocio tan arraigado ya, no se buscan de la noche a la mañana. ¿Quién los tiene que buscar, los poderes públicos o la llamada sociedad civil?  ¿Los poderes públicos con qué recursos, qué programa electoral lo prevé, a qué capítulo del presupuesto se imputa que no te denuncien por prevaricación?

En situaciones como esta no hay alternativas al ocio basado en las concentraciones juveniles, sean diurnas o nocturnas. A muchos mayores también les gusta el fútbol, y la ópera, y el teatro. No lo hubo. No lo hay. Toca aguantarse y no pasa nada. No sabes por qué los jóvenes no se pueden aguantar.


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