2020/05/10

LA OPOSICIÓN (en Portugal)

Fue muy aplaudida, por comparación a la española, el apoyo de la oposición portuguesa -conservadora, aunque el partido se llame socialdemócrata- al gobierno socialista portugués con motivo del coronavirus.

Sería lo mejor, desde luego. No obstante, dos apreciaciones tienes que hacer al respecto.

Una, que no ves que la oposición tenga que estar callada ante un problema tan grave y sin embargo se vea con muy buenos ojos las duras críticas de muchos colegios profesionales, sindicatos médicos y otros, organizaciones empresariales, prensa y numerosos colectivos. Ante el atentado terrorista más monstruoso ocurrido en España, el Partido Socialista planteó una oposición contundente, incluyendo movilizaciones en la calle. Y muy bien, por cierto, aunque escueza todavía el 'Pásalo'. Seguramente la presión en la calle no modificó un ápice la línea de investigación del atentado, que habría seguido su curso con y sin manifestaciones. Es cierto que aquella movilización se produjo en plena jornada de reflexión. Sobre su justeza, a los españoles, inmersos en la batalla, nos falta objetividad para juzgar. Lo más ecuánime sería la opinión internacional, como ahora.

Dos, que desde el punto de vista estrictamente técnico o médico, no ves en qué medida la oposición dificulta las medidas adoptadas por el gobierno. Los votantes y simpatizantes del PP o de VOX se quedaron en casa cuando hubo que quedarse, se supone que se lavaron las manos, no las metieron en las narices, mantuvieron la distancia social, se pusieron las mascarillas sin pensar si apoyaban o puteaban al gobierno, siguieron los protocolos médicos o los siguieron en la misma medida (poca o mucha) que los simpatizantes de la coalición gubernamental. Los médicos y resto de profesionales, sanitarios o no, trabajaron con la misma dedicación independientemente del color del Ministro de Sanidad o del de Interior. Con mejor intención o con ninguna (Cataluña) las Comunidades Autónomas acataron las órdenes emanadas del poder central en materia sanitaria y logística. Y si cuestionaron las directrices médicas u organizativas, no te parece que eso hay atenido trascendencia en las medidas puramente curativas.

Sí tienes que admitir que la dura labor de oposición pudo mermar la capacidad de gestión de los miembros del gobierno. Cuando cualquier político, o cualquier persona, es objeto de querellas y tiene que dedicar tiempo a su defensa, abandona en parte sus labores de gestión por pura cuestión de tiempo y de concentración. Sin embargo, esta presión no te parece que haya empujado al gobierno a adoptar decisiones poco meditadas y, en consecuencia, desacertadas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Habría que valorar si la critica es constructiva o destructiva, y la carga partidista que tenga, las formas también son importantes, porque si se hacen con excesiva acritud aparece el enfrentamiento visceral y lo malo es que ese enfrentamiento se contagia a los ciudadanos, que en vez de arrimar el hombro lo que hace es poner palos en las ruedas.