2018/09/10

FASCISTA

No te gusta llamar fascista al primer discrepante que te encuentres. Algunos de tus amigos está en tus antípodas pero a ninguno encuadras en esa categoría. Hace unos días, sin embargo, coincidiste en un bar de los que frecuentas, con uno al que ya habías echado el ojo y el oído. Es un jubilado de una multinacional, que circula con el pelo mojado y bien pegado al cuero cabelludo, quizá con algún incipiente ricito en la nuca, frente tersa y morena, dientes blancos y perfilados, mocasines de colores sin calcetines, pantalones estilo mahón ajustados, camisa lisa con forro a cuadros.

Como su conversación te desagrada, te dedicaste a leer el periódico del bar. Cuando terminaste te lo pidió: "total, para lo que pone.. ¿Viste la subida de la luz? Lo peor es que la mitad se va en impuestos. Un escándalo".

Hace unos años, cuando todavía estaba en activo, contó que un guardia de tráfico le había puesto una multa, que pagó a la primera, y eso que estuvo por decirle al pobre funcionario que ganaba más él el un día que el guardia en todo el mes. Con eso ya quedó retratado para siempre. Hay gente a la que le das una oportunidad, pero hay detalles irreversibles, y he ahí uno.

Uno va a los bares a pasar un rato, no a hacerse mala sangre, por eso prefieres en ocasiones dar una larga cambiada porque hay otros lugares más apropiados para debatir con serenidad sobre lo que haga falta.

Hoy hiciste una ruta que partía de la playa de Aguilar. No te cobraron peaje a la entrada, estaba perfectamente cuidada, había papeleras, llegaste a San Esteban de Pravia, pudiste ver un entorno público bien cuidado y tampoco te cobraron nada por ello. Seguro que se pagó con tus impuestos o con los impuestos de otros, pero a ti la visita te salió gratis.

Por tu trabajo y por convicción no puedes estar en contra de los impuestos, lo cual no significa que apruebes  indiscriminadamente todo gasto público.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

De la abundancia de corazón denuncian las palabras. Con anécdotas como esta queda demostrado que el dinero no hacer ser feliz, ni inteligente, ni solidario. Lo mejor es apartarse de gente así, porque de una manera o de otra siempre vas a terminar como la rana de la fábula del escorpión y la rana. Es su condición. Abunda la gente así. ¿Para qué dialogar con los demás? No hay verdaderos diálogos, porque las conversaciones que merecerían llamarse tales...https://mataralbuda.wordpress.com/2017/09/18/miguel-de-unamuno-soledad-1905/

Tu sidra, tu pincho de picadillo, tu periódico, tu terracita... no tienen precio. Lo demás...

Anónimo dijo...

Pagar impuestos es una exigencia de vivir en comunidad. Los impuestos han de ser proporcionales a las ganancias. Los que más tienen pueden crear una Sicav con trampas. O bien pueden irse a vivir fuera de España fijando su residencia en otro país un número determinado de meses al año. También se puede engañar a hacienda y hacienda indulta a algunos. Y así muchas trampas. Y si luego se hacen aeropuertos para que no presten servicio, para que los políticos y los constructores se lleven el dinero que pagan los sufridos ciudadanos que pagan impuestos. Otros, que no pagan impuestos, reciben todos los beneficios de los impuestos pagados por los que pagan impuestos: todos los servicios públicos gratis como vivienda, electricidad, comedor social, transporte público y algunos de estos beneficiarios se permite un teléfono de ultima generación de unos mil €. Aparte de las ayudas sociales ganan dinero por 'economía sumergida' y todo son ganancias: tienen dinero y tiempo para disfrutarlo. A veces los gobiernos no hacen un buen reparto equitativo de la riqueza pública. Los favorecidos por los políticos, seguro que les dan el voto en las elecciones para perpetuar su situación privilegiada respecto a los que no reciben esas ayudas. y no me refiero a las viudas, no me refiero a las personas dependientes. Luego están los políticos derrochadores que se llevan los dineros a sus cuentas en paraísos fiscales. Y mientras tanto mantenemos a dos reyes y a dos reinas, mantenemos 445.568 puestos políticos que son financiados por nosotros, los españoles. Y mientras, gente muriendo de hambre, suicidándose, viviendo en la calle, sin poder acceder a tratamientos para paliar su enfermedad, con deudas, con pobreza energética y temiendo por sus pensiones.

Anónimo dijo...

Los bares, que lugares
Tan gratos para conversar.
No hay como el calor
Del amor en un bar.

Autores de la canción: Alberto Urrutia Valenzuela / Eduardo Rodriguez Clavo / Fernando Presas Vias
Letra de Al calor del amor en un bar © Warner/Chappell Music, Inc
Artista: Gabinete Caligari
Fecha de lanzamiento: 1986