2012/01/09

EXPÓSITO

Lees con angustia, y eso que sabes el final, la historia de un soldado de reemplazo a quien tocó participar en el pelotón de fusilamiento que habría de ejecutar la sentencia de muerte sobre otro soldado de apellido Expósito. Eso fue en 1972.

Cuentas ahora la historia de otro Expósito. Aunque conociste más gente con ese apellido, para ti Expósito es el recluta con quien coincidiste en el Campamento de Cáceres antes de jurar bandera. Crees recordar que era granadino porque la gente se refería a él como EZPÓZITO. Expósito era un pobre hombre casi analfabeto y con un coeficiente intelectual seguramente inferior al normal, que no sabes si no pudo librar de la mili por ese apartado o si en casa forzaron la situación por ver si espabilaba, aunque esto es un juicio gratuito porque desconoces absolutamente sus circunstancias y no volviste a saber más de él.

Expósito tropezaba bastante al hablar. Pronunciar las pes era una tortura para él. En las clases teóricas, después de comer, quizá bajo una encina, pero alrededor de un sol de justicia, cuando el sargento (de complemento para mas INRI) preguntaba por las partes del fusil, le faltaba tiempo para formular a Expósito una pregunta a la que había que responder percutor. Si ya Expósito se trabucaba para decir peecutó, es de imaginar cómo se las arreglaría para pronunciar portapercutor, que a duras penas convertía en pppota…pppeecutó.

No son comparables los casos de uno y otro Expósito, porque uno fue ejecutado y sobre otro caía solo continuamente la pena de escarnio, pero traes esto a colación para recordar que no todo tiempo pasado fue mejor, y que en la mili, al menos en la tuya, no todo fue Jauja.

Eso fue en el verano de 1975.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En ese cuartel de Paterna hice yo la mili cuatro años después (1976). Había un par de sargentos chusqueros que por la mañana se saludaban brazo en alto. ¿Por qué? el coronel tenía toda la pinta de un fósil de la guerra civil.

M...r