2012/01/08

CAMBIO DIFERIDO DE TELÉFONO POR EMPUJÓN


Este sueltillo también podría titularse “Rodeos para una petición”.

Lo más rápido sería preguntar si tienes el teléfono de Fulano de Tal y lo habrías dado sin más preámbulos, pero eso queda demasiado frío y cortante. El peticionario se siente obligado a algún preámbulo y el solicitado, aunque esboce un leve gesto de indiferencia (“no hace falta que me digas nada, tu me lo pides y yo te lo doy, no te preocupes, no me expliques”) algún insano interés siente por averiguar para qué quiere Mengano el teléfono de Fulano.

La cortesía y el deshielo obligan a empezar con un ¿sabes quien soy? que aciertas a la tercera.

Mengano sufre algún problema de salud que le tiene molesto y preocupado y busca un consejo médico. Hombre franco, quiere que alguien le hable claro y si tiene un cáncer, que se lo digan y ya está.

Respalda la petición del teléfono en lejanos empujones de apoyo físico y moral que tu no recuerdas, que te habrá dado sin ningún éxito para que pudieras superar el potro o el plinto en aquel gimnasio de paredes grises cuando, según recuerda, todos se reían de tu obesidad.

Ellos sabrán.

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