Un conocido periodista de La Voz, al que conoces de viajar en tren y de reclamar de vez en cuando, te pasa un correo NO A LOS DESPIDOS DE LA VOZ, lo que te lleva a reflexionar sobre tus relaciones con La Voz y con la prensa asturiana.
Estás en contra del cierre de La Voz, La Voz de Asturias se entiende, pero ¿qué haces para evitarlo? ¿Vas a comprar algún ejemplar? ¿Vas a abandonar La Nueva España, la prensa del régimen, la prensa de toda la vida? ¿Vas a comprar los dos?
Mucho te temes que tu colaboración se limitará a leerla en algún bar y, por supuesto, a visitar diariamente la edición de Internet.
Y sin embargo, hubo un tiempo en que la compraste, un tiempo de rebeldía en el que si querías parecer decente no se podía llevar debajo del brazo un periódico con el yugo y las flechas, porque aunque ya no los exhibiera en la portada, quedaba la cicatriz.
En tu casa siempre se leyó La Nueva España, seguramente porque era la que llegaba a Fierros, tu pueblo, la que traía el tren, la que vendía Calo, peluquero por otro oficio.
Años después, cuando estabas en el Seminario os abrió un día los ojos el periodista Faustino Fernández Álvarez, que había sido seminarista de generaciones anteriores. En aquellas épocas predemocráticas era norma invitar a pronunciar conferencias a personas notables de la sociedad civil, antes del la invención del nombre, o de la clandestinidad política. Allí desgranó Faustino las triquiñuelas para amordazar a la prensa que se quería salir de madre, ahogándola económicamente, limitándole el suministro de bobinas de papel. Aquel detalle te impactó y te quedó en la memoria hasta hoy. Para que no todo fuera maravilloso, también os contó que La Nueva informaba mejor de los conflictos en las empresas que compartían acciones con La Voz. Aquello te abrió los ojos sobre algunos aspectos de la libertad de prensa y sus limitaciones.
Desde entonces cogiste simpatía a La Voz de Asturias y fuiste dejando de lado a La Nueva España. Se trataba de despreciar al periódico número uno de la provincia y realizar una compra militante del La Voz. Más tarde te pareció que La Voz, siguiendo la tónica del grupo Zeta, no tenía más que grandes titulares y cuando rascabas, no había más. Pasaste también por Asturias Diario Regional, que fue una réplica de El PAÍS en asturiano hasta que, como dice tu suegra, dio con los huevos en la ceniza. Entonces volviste a La Nueva España. Eras joven pero más pragmático. La Nueva incluía más noticias, aunque fueran de poco fiar; más anuncios por palabras, imprescindibles en ocasiones; más esquelas, incluso en la época en las que no las mirabas; últimamente sus firmas son de mayor nivel y de un más amplio abanico ideológico.
No hace nada te encontraste con un (ahora antiguo) colaborador de La Voz, que retornó recientemente de un exilio por provincias limítrofes, y cuando le comentas que ya no ves sus colaboraciones quincenales, te dice que hace tres años que venían pagando lo mismo.
Es otro aspecto a considerar, prosaico si se quiere, pero que está ahí.
Los criterios de por qué uno elige un periódico u otro son así de ramplones más de cuatro veces. Al fin y al cabo, el periódico es papel para envolver el pescado.
Hubo un tiempo en el que querías información y algo de opinión porque no tenías (ni tienes) claro quienes son los buenos y tú quieres estar de su parte. Más adelante, ahora por ejemplo, prefieres más información y ya opinarás lo que te parezca, a poder ser sin caer en el pensamiento único porque, fiel seguidor de Buridán, no puedes vivir sin las dudas.
Suerte a La Voz.
7 comentarios:
Sería una pena que desapareciera, y además una "Voz" critica que se pierde.
La Nueva España parece que todavía mantiene el yugo y las flechas,con colaboradores, como Neira, Javier Morán, Greciet,Julia Navarro, Noriega etc.
Y algunas cartas al directo parecen de la época del glorioso alzamiento Nacional.
Con la Nueva España en Asturias, pasa como con el Comercio en Gijón,y la Voz en la cuenca del Nalón, que son, como de toda la vida.
Una voz critica ¿con quien?, no me hagas reir.
Suscribo lo que dice el anónimo.
A Julia Navarro no la leo por empalagosa.
Leo a Neira por imprescindible aunque está tirado al monte, y a veces tiene razón.
Paso de Greciet por carca y pesimista.
Noriega es entretenido, trabaja mucho sus artículos y tiene una memoria prodigiosa. Algunos de sus reportajes o historias de viajes o del pasado, las suscribo porque se desvía poco de la realidad.
Javier Morán es ara mí el mejor periodista de La Nueva España, y no le noto demasiado la tendencia. Los dos sectores que domina (los intríngulis eclesiales y reportajes foerroviarios, yo creo que lo borda, patina muy poco, se documenta a fondo como ningún otro periodista).
Leere a Javier Morán con más atención.
La Nueva España.
La Voz de Asturias.
Los nombres siempre dicen algo
¿Nos quedamos sin Voz?
En Asturias nos quedamos sin Voz, pero creo que eso ya nos pasó hace tiempo.
Aquí "nobamás"
Salud
Creo que La Voz se fué muriendo poco a poco, especialmente cuando Z la fagocitó.
Ójala pudiera sobrevivir y relanzarse, no solo por el empleo de sus buenos profesionales, muchas veces amordazados, sino por la necesidad de leer y escuchar otras opiniones fuera de lo políticamente correcto.
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