BENIDORM 2. PONER LA OREJA

El verano pasado estuviste en Méjico, en la Semana Santa habías estado por Centroeuropa, y no ibas a llevar en el avión revistas atrasadas de esas que vas dejando para cuando haya tiempo, así que este año quedaba ración doble. No las contaste, pero llevarías cerca de cien revistas atrasadas entre Países Semanales y Magazines, de esos que vas acumulando en el maletero del coche (maletón en otro tiempo) y en el trastero, y todavía dejaste con pena otra bolsada, conminado por tu señora, ante lo que torciste el morro. Tendrás que reconocer que estuvo bien hecho, porque en la playa te encontraste con unos cuantos conocidos (siempre es preferible la conversación) y no habrías tenido tiempo de terminarlo todo, con el riesgo de que tendrías que cumplir tu palabra de que lo que no te diera tiempo a leer quedaría para la basura, y hasta ahí podíamos llegar. Leer revistas con uno o dos años de retraso tiene su encanto. A veces los articulistas van de adivinos y patinan, otras aciertan. Un reportaje sobre Nigeria no pierde actualidad por leerlo dos años después, otro sobre las pateras tampoco, aunque unas veces desembarcan cerca de Cádiz y otras en La Gomera. La situación, intercambiable.

No todo iba a ser lectura, que en la playa también se puede poner la oreja, no porque quieras sino porque no hay mas remedio. Precisamente estás con un suelto de Maruja Torres sobre cuanto le gusta escuchar en los cafés las voces de los ocupantes de las mesas más cercanas, y busca en ellos ideas para sus novelas y escritos varios y tú no vas a ser menos. No te dejan leer tranquilamente ese artículo porque detrás de ti oyes a unos asturianos (la conversación y el acento, inconfundibles) sobre el tiempo que hace en Asturias.

- Esta mañana dijeron que para el Oriente de Asturias iba a hacer malo.
- ¿Oye, pa dónde ye el Oriente y pa dónde el Occidente?
- El Occidente, pa Estados Unidos.
- ¿Y pa dónde está Estados Unidos?
- Pa la izquierda, hombre.


Por la tarde al llegar al hotel después de una dura jornada playera os sorprendió ver y oír unas muñeiras en la tele hasta que os disteis cuenta de que era sábado y echaban Cine de Barrio. Es lo bueno de las vacaciones, que no sabes si estás en Oriente o en Occidente, si es sábado o miércoles. Se confunden el tiempo y el espacio, la izquierda y la derecha, y, por desgracia para los subsaharianos, Cádiz y la Gomera.