CAMPEONES

Pocos sitios más adecuados se podrían encontrar en Asturias para ver la final del campeonato de Europa de selecciones entre España y Alemania, que el Parque de Lugo de Llanera, tierra natal del internacional Santi Cazorla. Con ese motivo el Ayuntamiento instaló una pantalla gigante y allí te fuiste a animar.

- A por ellos, oé.

No caló el artificial “podemos”, aunque Zapatero dedicara un guiño a la cadena con su “Pudimos”.

Ganó España, y como el sábado saliste con tu mujer a tomar…una sidra (una) en la plaza del Milán, hiciste una porra y acertaste el resultado. Finalizado el partido, marcharías rápidamente hasta Oviedo a ver en qué había quedado lo de la porra, y tenías la mosca detrás de la oreja, igual era imprescindible haber animado allí, pero no. Tú y otros seis acertasteis el resultado y tocasteis a 18,77 euros, según precisión de tu mujer, que tú de los céntimos ya te habías olvidado.

Estuviste pendiente de la celebración, pero más que nada de qué hacían los catalanes con la bandera, si la ondeaban, si la enroscaban en la frente o si la doblaban discretamente. Torres y Güiza la ondeaban, Xavi jaleaba con la toalla. Al día siguiente Xavi, con Manolo Escobar, gritaría un "Viva España", que te sumió en la duda. ¿Por qué le niegas el derecho a ser un Buridán?

En la retransmisión de CUATRO del lunes estuviste mas atento a la coreografía que a otra cosa, a la foto de Puerta en la camiseta blanca de Sergio Ramos, a la bandera asturiana de Villa y de Cazorla, al culín que escanció Villa, a la bandera andaluza de Juanito (te parece) y…al ondear de la de Cesc, que eso sí es de destacar, quizá porque juega y vive en Inglaterra. Con esa imagen, que se olvide de cariños del Campo Nou. Como decía Pío Baroja, el nacionalismo se cura viajando. Ves con naturalidad el ondear de banderas andaluzas o asturianas y sin embargo te sorprendería que Puyol se cubriera con una senyera o Xabi Alonso con una ikurriña, cuando sería una buena señal, una señal de integración. O quizá se protejan ante los inevitables silbidos.

En fin, una selección atípica con un seleccionador que tendría estar jubilado, con el líder fuera del equipo (volverá), con emigrantes e inmigrantes y con unos cuantos jugadores tan discretos y poco mediáticos, de momento, que si te los encuentras por la calle quizá no los reconocerías: Sergio García, Albiol, de la Red.

En fin, una visión lateral del fútbol.