2022/04/01

DE FACEBOOK (Días 25 y 26)

LECTURA DE LA PRENSA. DIVERSAS ESCALAS DE VALORES
La prensa de hoy (seguramente la de todos los días) pone ante los ojos el conflicto entre diversos valores: la prosperidad económica y la paz; la alternativa entre los cañones y la mantequilla; entre el pan y la cultura; entre los objetivos políticos y los procedimientos.
Empieza uno por lo último: los objetivos y los procedimientos, que es otra forma de hablar de la irresoluble cuestión de los fines y los medios, porque argumentos hay para todo. En la portada de El Comercio encuentra uno dos casos que visibilizan el escaso respeto a la ley que muestran los gobernantes. Uno entiende que un gobernante quiera sacar adelante las medidas que pretende, sea porque constan en su programa electoral, sea porque desea llevar a término una determinada necesidad que surgió sobre la marcha. En uno de los casos el Tribunal Superior de Justicia de Asturias tumbó la ampliación de las terrazas decretada por el alcalde ovetense para paliar los efectos económicos del covid en la hostelería. El alcalde tomó la decisión sin pasar por el Pleno. Craso error que uno no sabe si imputar a su voluntarismo, a su equipo (“no te preocupes, alcalde, tira p’adelante, que no pasa nada”). Más grave sería que la medida se hubiera adoptado con la aquiescencia de los departamentos técnicos, incluidos los jurídicos, porque estos, más que ningún otro, están para velar por que se cumplan los procedimientos, que son pruebas de respeto democrático. Mal está que el equipo directivo se ufane de que la decisión judicial no tendrá trascendencia práctica porque las modificaciones de la alcaldada ya decayeron en el mes de noviembre, pero lo peor de todo es que estos desprecios no tienen sanción política. Al ciudadano, en general, le da igual que se respeten o no estos procedimientos si se consiguió el objetivo perseguido. En realidad, tampoco el incumplimiento fue de una gravedad que dejara hipotecada a la ciudad o ocasionara perjuicios graves y duraderos a algún colectivo. Únicamente pierde el debido respeto democrático a las leyes.
El otro caso de la portada de El Comercio, también reproducido en otros medios, se refiere a la especialidad de la titulación de Asturiano para la docencia. En Madrid se reunieron la Ministra de Educación y su Secretario de Estado con las Consejeras asturianas de Cultura y de Educación con el único punto en el orden del día de estudiar la creación de la especialidad docente de Asturiano para dar respuesta a la situación de los profesores que pese a llevar desde los años 80 impartiendo la materia no pueden acceder a las oposiciones, los concursos de traslado ni la consolidación de plazas. Es decir, más de 30 años siendo interinos. El ministerio había dado su no alegando que no es posible crear la especialidad mientras el asturiano no sea lengua oficial en el Principado. La Consejera de Educación reconoció que en el marco legal actual no es fácil encajar una solución. Bien está que los políticos y los técnicos busquen las soluciones a los problemas pero respetando las leyes, sin buscar subterfugios. Es excesivo judicializar la vida política interponiendo querellas por prevaricación, pero a veces no queda otra alternativa ante la contumacia del político de saltarse las leyes a la torera con tal de conseguir la meta marcada. Si las leyes no permiten algo, no lo permiten. Cámbiese la ley, y si no es posible, acátese. Por respeto democrático.
Ana Belén Seoane, analista de Geopolítica (¡nada menos!) bajo el expresivo título “El club de los autócratas y nuestra complicidad” señala que a pesar de la retórica, el interés económico a menudo prima sobre los valores, y las empresas e instituciones occidentales rivalizan por vender sus servicios a regímenes como el de Putin. Ilustrativa la viñeta del artículo: un hombre con cara y careta para la paz y para las bombas respectivamente, pero mejor sería al revés.
El Gobierno español tiene que sufrir la chanza en las redes a cuenta de los cuatrocientos euros previstos para gastos culturales que podrán disfrutar quienes lleguen a la mayoría de edad en este año. Siempre se cuestionará que se gaste un duro en podar un jardín mientras haya gente durmiendo debajo de un puente, como se cuestiona que se dediquen recursos policiales a investigar una pintada mientras quede por descubrir un asesinato. A uno le parece positivo el gasto aprobado para apoyar a las empresas culturales. Uno cree que la ayuda no está teledirigida a empresas ni artistas de la ceja ni de ninguna otra significación porque la decisión de en qué va a gastar el vale saldrá del usuario, no del político, o así lo entendió uno hasta el momento.
La guerra de Ucrania hace que Alemania cuestione varios valores de su escala, tal como detalla la crónica de El País: la exportación de armas a zonas de conflicto, retomar la energía nuclear incluso desde los verdes, volver al servicio militar obligatorio. No hay duda de que la guerra es la situación más grave que se le puede plantear a una colectividad y puede hacer tambalear los valores y los principios que sirvieron para tiempos de paz.
Se retira la tenista número uno del mundo en la cima del éxito. Alcanzó todo lo que podía alcanzar y no está interesada en seguir ahí. Realista, por otra parte, porque no iba a poder seguir siempre en la cumbre. Toni Nadal analiza el caso en El País. Cambió de escala de valores. O no, a lo mejor lo pensó siempre así: llegar a la cima y retirarse desde arriba.
El aspecto sentimental del asunto saharaui lo explica muy bien Miguel Rojo en El Comercio, y en su muro de Facebook.
Un apunte anecdótico sobre la huelga de los transportistas. En la asamblea de los conductores asturianos, no celebrada al aire libre, sino en un hotel, le llama la atención a uno la cantidad de ellos que aparecen sin mascarillas. ¿Son, además, negacionistas?
En El País leyó uno que el embajador de Nicaragua antela OEA denuncia la “dictadura” de Daniel Ortega señalando que se violan los derechos humanos, y pide liberar a los presos políticos. Según estaba leyendo uno la noticia, le entró la duda de si Ortega era el presidente de Nicaragua o de otro país centroamericano, porque a veces se hace uno un lío con esos países. No, era el embajador de su propio país. Ortega rápidamente dijo que el tal embajador no representaba al país. Cosas veredes. Uno sigue los escritos de los diplomáticos, por ejemplo hoy Inocencio Arias echó por esa boca contra Pedro Sánchez en el ABC; en otras ocasiones, es Jorge Dezcallar en otros medios. Uno entiende el desahogo verbal de los diplomáticos, durante tantos años constreñidos a mostrarse modositos en los altos salones del mundo, hasta que se quitan la corbata, se ponen al teclado y se desfogan. Pobres. Por cierto, uno leyó hace uno años las memorias de Dezcallar. Interesante. https://sipiluchi.blogspot.com/.../valio-la-pena-de-jorge...
Colofón. En todos estos casos de conflictos de valores, uno se queda con el lema de esta página: lo mejor es enemigo de lo bueno, que trae consigo quizá frustraciones individuales, pero éxitos colectivos para ir tirando, aunque con esa mediocridad no se pase a la historia. La aurea mediocritas del vate latino.

***

LECTURA DE LA PRENSA. LA MUERTE DE LUIS ROLDÁN
Con motivo de la muerte de Luis Roldán, antiguo director de la Guardia Civil, la inmensa mayoría de la prensa española destaca su condena por el uso de los fondos reservados de la benemérita, sus condenas por cohecho o malversación, su rocambolesca huida a Laos, su vuelta a la fuerza a España para ser juzgado. La reseña de La Vanguardia se titula expresivamente “Una truhán de opereta”. Casi todos los medios destacan que fue Diario 16 quien tiró del hilo por primera vez y el Mundo siguió con su periodismo de investigación, que acabó minando el último gobierno de Felipe González. Felipe y su partido pagaron justamente por esa responsabilidad que nace del viejo derecho romano: la culpa in vigilando o la culpa in eligendo, la responsabilidad por una mala vigilancia o por una mala elección. El Mundo es el único periódico que destaca otro aspecto, y lo lleva a la primera página: “Muere Luis Roldán, la cara de la tortura y la decadencia de González”. Ningún otro medio incide en la tortura, solo en sus otras tropelías. El Mundo aprovecha para reivindicarse en un editorial: “La muerte de Roldán revive la peor política y el mejor periodismo”. Estos son algunos de sus párrafos: “La muerte de Luis Roldán devuelve a la actualidad algunos de los peores capítulos de la política española, y trae a la memoria los que sin duda fueron algunos de los mejores años del periodismo, muchos de cuyos hitos en la lucha contra la corrupción y en defensa de la transparencia democrática llevan la firma de los redactores de EL MUNDO, ya entonces un referente en el periodismo de investigación (…) Ya procesado, tras una fuga de película y una histórica entrevista concedida a este periódico siendo aún prófugo, la promesa de Roldán de tirar de la manta se saldó con inquietantes revelaciones sobre la guerra sucia del Estado contra ETA, el secuestro de terroristas y un largo etcétera de tropelías que acabaron con el Gobierno de Felipe González, incapaz ya de levantar cabeza y acosado por los casos de corrupción: las escuchas del Cesid, el caso Filesa, el caso Rubio y otros. Pocas veces como en aquel felipismo tardío algunas cabeceras han prestado mejor servicio a la sociedad. Desde este periódico –resistiendo a diario a los intentos de chantaje, las amenazas veladas (y otras no tanto) y las presiones de toda índole– se arrojó luz sobre las cloacas de Estado alimentadas por un Gobierno borracho de poder. De igual forma, pocas veces un sector de la prensa se ha retratado con tanta claridad como mediocres mercenarios de los políticos al mando, intentando desprestigiar, por ejemplo, exclusivas de EL MUNDO respaldadas luego por la Justicia”. Sí en ese caso, aunque no siempre la investigación periodística es igual de desinteresada. Una de las chambonadas de Roldán fue colgarse títulos que no tenía. Seguramente por ese motivo, recién descubierta la falsificación, Renfe pidió certificación oficial de título universitario a todos los que en ese momento lo teníamos y lo ejercíamos de alguna manera en la empresa. Para evitar otros roldanes.
Por cierto, El Mundo reproduce la portada de aquella vieja entrevista de Roldán tirando o amenazando tirar de la manta. Ojalá se repitiera este año una noticia esquinada que allí aparece: “Goleada del Madrid y el Barcelona frente al Albacete y el Sporting de Gijón”.
Los roldanes son una decepción, claro, como lo es la cara B del Rey Juan Carlos dando que hablar y no bien. Una vergüenza, una decepción y un ridículo mayúsculos. Habrá que reírse con la viñeta de El Mundo, por no llorar.
Va de reyes. En relación con la carta de Pedro Sánchez al rey de Marruecos, Fernando Ónega apostilla así en La Vanguardia: “Cuando Sánchez explique su carta el día 30, que no se le olvide un detalle: explicar por qué se dirigió al rey Mohamed VI y no al primer ministro de Marruecos, que es su nivel. Más que nada, para saber si esa es la diplomacia de precisión".
Una reportera rusa, crítica con Putin, eliminada en Ucrania. Por lo visto fue geolocalizada a través de su teléfono móvil y asesinada en Kiev con un misil de precisión, posiblemente desde un dron.
Un detalle de la vecina política internacional portuguesa le sirve a uno para recordar una anécdota personal de filtraciones hace un montón de años. El detalle político es que el Presidente de la República Portuguesa se incomodó con su primer ministro por haber la prensa filtrado los nombres del nuevo gabinete, en vez de ser él el primero en enterarse: “Si se confirman las carteras, no hace falta una audiencia. Por lo visto, he de darme por enterado por la prensa”. La anécdota propia data de finales de los años ochenta cuando uno ejerció brevísimamente de instructor de expedientes. Por aquel entonces, uno, bisoño total, instruyó un expediente a un maquinista que había salido con un tren de mercancías de la estación de Nubledo hacia el sur. Al poco de salir, un telero de un vagón (ver dibujo) no estaría bien sujeto en su posición vertical, se soltó de su punto de amarre y fue arrastrando varios kilómetros hasta que alguien se dio cuenta y se detuvo el tren, pero durante ese trecho fue esparciendo el balasto (la piedra) de la vía y armando una buena polvareda. Al pasar por un paso superior, alguna piedra cayó a la carretera inferior dejando un susto y alguna marca en las chapas de algún coche. Aquello salió en la prensa, que habló con el que suscribe y uno, imprudente, aseguró que, efectivamente, se estaba instruyendo un expediente por ese motivo. El periodista, más cauto, no desveló gran parte de los detalles, ni siquiera quién había facilitado la información, pero en los ambientes ferroviarios había pocas dudas de dónde había salido la filtración. Aquello le ocasionó alguna noche de insomnio. Efectivamente, entre las obligaciones del maquinista está la de comprobar con frecuencia por el espejo retrovisor que todo trascurre con normalidad a sus espaldas, y de ahí la apertura del expediente. Uno, haciendo de Salomón, dio carpetazo al legajo en base a no recuerda qué argumentos, pero sobre todo para evitar que de resultas de aquel expediente tuviera Renfe que pagar algo por la caída de unas piedras a la vía. Si había que pagar que no fuera por culpa de uno. Muriendo y aprendiendo.
Como vuelve al cine la exitosa serie ‘Cámara Café’, uno recuerda los entretenidos diálogos oficinescos que tenían lugar en la sala de la fotocopiadora, a veces muy parecidos a los de la serie televisiva.
Cuenta La Razón con algo de ídem que alguna de estas autopistas radiales que tuvieron que ser rescatadas por el Estado (indemnizando, además, según sentencia reciente) lo fueron por no haber alcanzado las expectativas de tráfico previstas y que si no se alcanzaron estas fue por lo exagerado de mantener la limitación de velocidad a 120 Km/h teniendo tales autopistas un trazado y unas características constructivas que permitirían circular a 140 Km/h sin ningún perjuicio para la seguridad. Dice La Razón que pocos automovilistas pagarán por un peaje que les reportará tan poca ventaja de tiempo en relación con las rutas alternativas gratuitas. Añade La Razón que la velocidad no es la causa principal de los accidentes. No será, pero es elemental que a más velocidad más riesgo, pero, dejando eso de lado, es posible que el argumento de los 140 tenga cierto peso.
Lee uno en LNE la noticia de los trabajos en directo y con público de una exhumación de cadáveres de la guerra civil en Grado. La foto de detalle es de El Comercio. Piensa uno en ese público, que tiene un interés legítimo en saber si allí están los restos de sus antepasados. Le gustaría a uno que entre los asistentes hubiera también algún votante del Partido Popular. En las exhumaciones de la fosa de Parasimón cerca de Pajares, uno recuerda que algunos simpatizantes de partidos de la derecha transmitieron su emoción y su reconocimiento por los trabajos que se estaban llevando a cabo. Una manera de difuminar la idea de las dos Españas.






No hay comentarios: