2022/02/13

DE FACEBOOK (Días 8 y 9)

LECTURA DE LA PRENSA. ALCALDADAS
Se queja el PP de Llanera de que el alcalde socialista dijera en el último pleno que él no come fuera de casa ni pitas ni huevos porque no sabe en qué condiciones han sido criados. De ahí saca el Partido Popular unas determinadas conclusiones. Si el Partido Popular dice que lo dijo, no hay por qué dudarlo. En una frase así habría que ver el contexto, pero un personaje público tiene que cuidar sus expresiones. Es imposible que ni el alcalde ni cualquier persona evite comer fuera de casa huevos o alimentos formados en base a huevos. Salvo caso de alergias. Todavía se recuerdan las palabras que dicen que dijo Fernando Alonso en relación con la fabada asturiana.
Quien no tiene pelos en la lengua es el alcalde de Siero, que concede una interesante entrevista a La Voz de Asturias. Las últimas respuestas son las más jugosas de la entrevista. El titular se ajusta a lo que dijo. https://www.lavozdeasturias.es/.../0003164399075740769088...
Una cuestión de poca monta: dieciocho mascarillas sanitarias se contabilizaron en el paso fluvial de Pola de Lena. El periódico local y los paseantes entienden que fueron tirados deliberadamente al suelo. https://www.lavozdelena.es/dieciocho-mascarillas... Uno cree que no es así en la mayor parte de los casos. Si se lleva la mascarilla en el mismo bolsillo de un pañuelo o del teléfono móvil, es probable que al sacar tales adminículos se caiga la mascarilla, que no se suele empujar al fondo del bolsillo para evitar que se ensucie más con la rozadura de la ropa. También tiene visto uno que si se lleva en el codo de un chubasquero o de un chándal y se quita la prenda porque hace calor, es fácil que caiga al suelo en ese momento. ¿Que hay que estar atento para evitar eso? Sí. Uno no cree que esos caminantes sean unos abandonados porque si no llevan otra mascarilla de repuesto (lo que no tiene mucho sentido cuando se va a caminar) se encontrarán en un aprieto al volver al núcleo urbano y, en particular, al entrar en el portal. Se es más comprensivo con uno mismo que con los demás.
Ya que está uno por señalar bondades, por contraposición a las broncas parlamentarias de hogaño, cuenta Cebrián una anécdota que relata Gregorio Peces-Barba en sus memorias y es que llamó al orden a Felipe González, pese a militar ambos en el mismo partido, cuando el andaluz calificó de histrión al portavoz popular Herrero de Miñón. “Le ruego que vuelva a la cortesía parlamentaria”, le instó. “Sí, perdón, señor presidente” respondió el primer ministro, y presentó excusas. ¿Sería cierto? Sería.
Se queja el rector ovetense de cómo el día a día lastra la actividad de gestión por las montañas de papeleo. “Firmamos a mano 200 carpetas diarias”. De la lectura del titular iba a sacar uno una conclusión equivocada si no entra al detalle del contenido. El rector se queja de que echa doscientas firmas físicas, y no digitales o informáticas, y ese es su pesar. Uno ve más problema en el número que en el formato. Es materialmente imposible saber qué se firma cuando se estampan ese número de firmas, salvo que sean resoluciones administrativas en las que solo cambia el nombre del afectado, por ejemplo, por reclamaciones por notas o cosa así. Cuando en un departamento es necesario ese número de firmas diarias, es casi imposible evitar errores no buscados y en ocasiones habrá que asumir como propios asuntos que no hubo tiempo ni de leer. ¿Debe un rector, un subsecretario o un director general dimitir si metió la pata al firmar algo trascendente sin haberlo leído? Depende de cómo nos caiga el sujeto.
Con motivo de las elecciones autonómicas castellanoleonesas, El País formula diariamente una pregunta concreta a varios candidatos. La de hoy es si son favorables a la obligatoriedad de la vacuna del covid. Tres de los cinco candidatos se escabullen y no contestan a lo que se pregunta. Dos sí, el de Ciudadanos y el de EV-Burgos (España vaciada).
Se publica un estudio de las empresas que cambiaron de sede de una comunidad a otra a otra a lo largo del año 2021. Se trasladaron a Madrid 592 empresas y salieron de Cataluña 348, pero más allá de esos datos que requieren un análisis de detalle, aunque a uno se le ocurren dos motivos a bote pronto, interesa el dato de las empresas que entran y salen de Asturias y de dónde o a dónde lo hacen. Para evitar especulaciones e hipótesis apriorísticas, sería interesante preguntar a cada una de esas empresas: ¿Vds. en concreto por que marcharon de Asturias? O por qué decidieron empadronarse aquí.
El Comercio publica un completo reportaje que relaciona las entidades cívicas que dan la vara a las administraciones, en particular a la administracion local, en demanda de soluciones, luchando contra el abandono institucional según sus palabras: Plataforma de la Fábrica de Gas y de Ideas; Salvemos la Vega; SOS Viejo Hospital; Mujeres de la Escandalera; Uniendo Barrios; Oviedo sostenible; Plataforma contra las plantas de asfalto; Imagina un Bulevar; Plataforma Asociaciones de Trubia; Federación de Asociaciones de Oviedo; Plataforma de Defensa del Campo San Francisco. Se lo ponen difícil a las diferentes administraciones, que tienen su mérito cuando deciden resolver algo que no demanda ninguna asociación, sino que lo llevan a cabo por estar convencidos de que es lo que hay que hacer o porque está en el programa electoral.
También La Nueva España se esmera presentando varios documentados reportajes: uno sobre los museos mineros o industriales de la región, que pueden solaparse en alguna medida, pero también sirven como polo de atracción para un turismo cultural de rutas organizadas; otro sobre una serie de cuadros que, pertenecientes al Prado, se exponen en el Museo de Bellas Artes; otro una cronología sobre cómo se fueron creando las diferentes Facultades y Escuelas en la Universidad de Oviedo, y cómo se desgajó de ésta la Universidad de León.
Lee uno en El Comercio que durante este ejercicio el Principado asumirá un 32,75% de los costes de la fundación Municipal de Servicios Sociales, y el Ayuntamiento de Gijón se hace cargo del 65,07%. En total no suman 100, pero se acerca bastante y no es eso lo relevante. También lee uno en El Comercio que los ayuntamientos de Corvera y Castrillón firman un convenio de colaboración para compartir las respectivas bolsas de empleo. Muchos especialistas en Derecho Administrativo claman por la necesidad de clarificar la legislación de régimen local. Uno también lo cree, la local, la autonómica y la nacional. No ve uno qué pintan los ayuntamientos gestionando nada relacionado con el empleo existiendo un organismo autonómico específico. En el caso de la Fundación Municipal de Servicios Sociales, si el Ayuntamiento de Gijón, como otros muchos decidieron en su día crear una fundación municipal o algo que lleva la palabra ‘municipal’, deberían asumir los costes, y recibir los parabienes o el castigo de los votos públicos. Claridad, claridad, eliminar el batiburrillo de competencias que solo sirve para clientelismos políticos, para favorecer a los del mismo color y castigar a los alejados. Zapatero a tus zapatos. El Estado que gestione lo suyo, las autonomías lo suyo, los ayuntamientos lo suyo, y que no se metan en camisa de once varas para pedir árnica a otras administraciones.
Dos fotos curiosas en relación con la tonada asturiana: el contraste entre un concurso de tonada juvenil por una parte, y la edad del público habitual de estas actividades por otro.



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LECTURA DE LA PRENSA. POLICENTRISMO
Lee uno este titular de la fiscal superior de Asturias: “La dispersión de Juzgados en Oviedo es casi de colapso”. Toda la vida llevan jueces y fiscales clamando por la unificación física de las sedes judiciales y de las fiscalías. Uno no duda de que la unificación aporte comodidad a su trabajo y también a los profesionales que deambulan por las oficinas judiciales, pero no cree que con la posibilidad de trabajar en red, aplicando los avances técnicos adecuados, impartiendo la formación oportuna y ‘queriendo’ trabajar bien, haya dificultades insalvables. Lo de querer trabajar bien y no poner chinitas en el camino es fundamental. Uno también creyó durante la mayor parte de su vida que la unificación física era básica, pero en los últimos años vivió experiencias de dispersión geográfica y no tiene tan mala experiencia. En una fase determinada la jefatura de área se encontraba en Valladolid, pero en Oviedo se ubicaban determinados responsables y a lo mejor parte de su equipo se encontraba físicamente en León. En otra etapa la cabecera se encontraba en Oviedo, pero había responsables de un área determinada en Santander. En la última etapa, la cabecera estaba en Oviedo, pero en Gijón, en Santander o en Siero tenían su oficina una serie de encargados de área. No tiene uno la sensación de que esa dispersión convirtiera en inmanejable la gestión diaria.
No está claro en qué quedará el voto telemático erróneo del diputado Casero. Si se quiere examinar con objetividad, hay razones para inclinarse por una u otra opción. Los periódicos y sus columnistas dan la razón a los más próximos a su ideología, por ejemplo el catedrático Vicente Garrido en ABC. A uno le gustaría plantear los casos de la forma más aséptica: “En un país determinado, un diputado que dijo que su voto había sido tergiversado por la máquina electrónica, se presenta físicamente en la Cámara de representantes y pretende enmendar el voto. En estos casos, la Mesa de la Cámara…”. Planteado así, sin referencias expresas a España como si el caso pudiera darse en Islandia, Bolivia o Vietnam del Sur, incluso sin indicar a si el infausto diputado representaba al obrero o al capital; así es como la opinión del catedrático merece la pena. Cuando trabaja por encargo, su opinión es de menos fiar.
El Mundo titula así uno de sus editoriales: “Subida demagógica del salario mínimo”. La subida será errónea o descabellada, pero decir que es demagógica es como si el suplemento a mayores se pagara en una moneda de mentira y no es así. La subida no es demagógica sino verdadera. Con ese dinero, el perceptor podrá comprar algo. Mucho se abusa del término ‘demagogia’ y derivados.
No se imagina uno cómo se puede mantener un diálogo en una mesa como la que ocupan Macron y Putin. Si, además de ellos dos, la mesa estuviera llena de otros emisarios de cada parte, aunque solamente hablaran Macron y Putin, sería más posible el diálogo y más tolerable la situación. Hace falta entrenamiento para poder hablar algo en esas condiciones.
Pedro García Cuartango, columnista habitual del ABC, con una línea de pensamiento esperable de las páginas de opinión de ese periódico, sin embargo se despacha con un artículo intimista y sorprendente para unas páginas generalmente dedicadas a glosar la actualidad política. Se pasa de escéptico. Uno no llega a tanto pese a pertenecer sociológicamente al mismo grupo objeto de su afán.
Estos días la prensa asturiana informó de un caso de furtivismo cometido por un guarda de los encargados de combatir esa caza. LNE publica un completo reportaje señalando que es prácticamente imposible que un funcionario pierda su condición de tal, haga lo que haga. La protección es exagerada, pero se mantiene año tras año aunque se introduzcan retoques en la normativa que regula los derechos y obligaciones de esos servidores públicos. A lo mejor hay un fundamento para que eso sea así. Habría que ver qué perjuicios se ocasionarían para el servicio público si los funcionarios pudieran ser apartados con más facilidad. Uno no da con esos motivos, pero a lo mejor los hay.






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