2022/02/14

DE FACEBOOK (Días 10 y 11)

LECTURA DE LA PRENSA. NOTICIAS DE CALEYAS Y CARRETERAS
A uno le gustan las noticias menudas. Busca en ellas un toque de humanidad, de proximidad, pero a veces no encuentra qué hay de noticioso en algunas de ellas, por ejemplo la noticia de la Voz de Lena comunicando que la Guardia Civil monta un control en la autovía A66 cerca de Pola de Lena. ¿Y? Lee y relee uno la noticia y no encuentra ninguna explicación y ningún interés. https://www.lavozdelena.es/la-guardia-civil-monta-un...
Noticia curiosa es que el nieto del fallecido Claudio Menéndez, presidente de la Asociación Amigos de Grado, entre en la junta directiva del colectivo. El nieto tiene 24 años, es licenciado en Derecho. Sin embargo, no traslada la noticia el mecanismo de designación. ¿Se heredan los cargos en algunas asociaciones? Con ser eso extraño, lo que más le sorprende a uno es el puesto para el que se le designa: nada menos que responsable de relaciones institucionales. Ahí es nada. ¡Menuda asociación!
El alcalde de Llanera escribe media página en La Nueva España a cuenta de lo de las pitas y los huevos de casa para no decir absolutamente nada. Un alcalde generalmente claro que decepciona en esta ocasión. Uno ahorra a los posibles lectores de esta página la pérdida de tiempo y no reproduce su misiva.
Acudió uno a la conferencia de Xulio Concepción en el RIDEA “Toponimia del Naranco: historia naranquina a través de sus nombres”. LNE y El Comercio hicieron un notable esfuerzo de síntesis para resumir la conferencia de Xulio, tarea absolutamente imposible. De hecho, si uno lee los titulares de los dos periódicos regionales no se parecen en nada y sin embargo en los dos casos se ajustan bastante bien a lo que dijo Xulio. Lograron la cuadratura del círculo, que también se consigue entrando directamente en esta página https://xuliocs.com/naranco-toponimia-historia.php
Por los pelos coge uno otra noticia y es la que publica LNE acerca de la operación urbanística de La Vega, en terrenos de la antigua fábrica de armas de Oviedo. El periódico repasa las declaraciones de diversos políticos estos últimos años, entre otros el alcalde de Oviedo y el presidente del Principado, pero también del Delegado de Defensa. Se está hablando del aprovechamiento urbanístico. Uno lee esto literalmente: “La Delegación de Defensa ha trasladado a los políticos asturianos su voluntad de rebajar hasta los 36 millones de euros lo que piden a cambio del recinto fabril”. No caerá uno en la tentación demagógica de asegurar que esos terrenos deben revertir gratuitamente al pueblo de Oviedo, ni frases por el estilo. A lo que uno da vueltas es al papel del Delegado de Defensa metido a agente inmobiliario, él que seguramente no tiene ninguna formación en la materia. Cuando inició su carrera militar, uno se imagina que su sueño sería el de llegar a general, pasando antes por el mando de alguna compañía o de algún regimiento. Raramente se habrá podido imaginar que cuando llegara a coronel iba a tener que moverse en esos terrenos urbanísticos o tener alguna intervención en la gestión de las fábricas de armas con las evidentes implicaciones industriales y laborales. Uno piensa cuánta gente hay con una esmerada formación en esas materias pero que trabajan de otra cosa, y cómo otros con mando en plaza se encargan de gestionar materias que conocen de oídas. Esto no es una crítica al estamento militar porque en la vida civil y en las empresas ocurre exactamente lo mismo: que muchas veces te toca decidir en asuntos de los que no tienes ni remota idea. Dicho esto, el coronel no es ningún patán. Véase esta entrevista de hace un tiempo. https://afondo.lne.es/.../juan-luis-gonzalez-martin-cada...
El Tribunal Supremo ordena demoler todo el complejo de lujo de Valdecañas, anulando una sentencia anterior del Tribunal Superior de Extremadura. Ya se había construido un hotel, viviendas, el campo de golf y una serie de instalaciones. Nada que oponer. Si es ilegal, que se tire, pero a uno le resulta inconcebible que ocurran estas cosas, es decir, que se lleguen a levantar instalaciones de esa magnitud sin los permisos adecuados, y que haya que derribarlo todo para restablecer la legalidad. Que no es un gallinero lo que se levantó, ni una caseta para los aperos de labranza en un prado alejado de la vista de los municipales o del guardarríos. Lo dicho, inconcebible.
Albert Rivera y el bufete de abogados para el que trabajaba terminan su relación y terminan mal entre reproches mutuos. ¿No podían romper amistosamente o guerreramente -si no había más remedio- pero en silencio, sin avisar a la prensa?
El País publica un editorial sobre el necesario cambio en las residencias de la tercera edad. Uno agradece esos editoriales descriptivos que no ponen a parir a nadie.
La viñeta de El Roto es ilustrativa no solo sobre los conflictos bélicos sino sobre la vida civil.










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LECTURA DE LA PRENSA. INGENUA LEALTAD
Uno es fiel seguidor de José Manuel Ponte y no esperaba dos gazapos así tan seguidos, o tres según se cuenten. Vamos a utilizar un cariñoso eufemismo. El resto de lo que haya escrito pierde interés hoy. Otro día recuperará uno la confianza en su prosa.
Margarita Robles acusa a Santa Bárbara, no a la santa protectora de los mineros, sino a la industria fabricante de carros de combate, de falta de lealtad por los despidos de la factoría de Sevilla. La ministra de Defensa asegura que cuando se adjudicó el contrato de los 8x8 se tuvo en cuenta la creación de empleo y ahora se encuentra con que la empresa despide al diez por ciento de su plantilla en Andalucía. Parece mentira que Margarita Robles hable de lealtades y las espere de buena fe. Las lealtades hay que atarlas en las cláusulas de los contratos. Si el Ministerio de Defensa hubiera intentado incluir una cláusula de salvaguarda de los puestos de trabajo, a lo mejor Santa Bárbara prefería no firmar. O sí, no se sabe, pero no procede que se lamente. Otra frase dijo de pasada la ministra: “Todos los programas de las Fuerzas Armadas tienen que contribuir a crear empleo y a tener una proyección social”. Uno cree que en la balanza entre la defensa de un país y el mantenimiento de puestos de trabajo, ha de pesar más la defensa y no se puede supeditar a otros criterios por muy defendibles que sean. Es como si propugnara que los artilugios de la guerra deben ser medioambientalmente neutros. Si el enemigo dispone de artilugios bélicos más potentes y seguros aunque sean ecológicamente más dañinos, no nos vamos a pegar tiros ecológicos en el pie y que el enemigo nos meta el agua y las bombas en casa.
Uno cree que lo que acaba de escribir no está en contradicción con las siempre sensatas palabras de Milio’l del Nido en El Comercio en su columna ‘A donde vamos a parar’, que trata de la altura de miras al pensar en el medio ambiente. “Mientras tanto cada cual sigue con su egoísmo rampante, a uno le va bien quemar un monte porque consigue pastos para sus ganados, el otro mantiene una industria contaminante porque da beneficios y puestos de trabajo, algunos abren pozos para extraer agua para sus regadíos, consiguiendo salinizar el subsuelo y los demás allá echamos nuestras porquerías al río aunque contaminen el mar, porque nos beneficia. Es complicado para todos levantar la vista y mirar por el bien común a largo plazo, en contra de nuestro beneficio inmediato, ver el mundo que dejaremos a nuestros nietos, antes que nuestra satisfacción inmediata. Dónde iremos a parar”.
Tampoco proceden los lamentos de todas las instituciones públicas que se encuentran con que las obras que acordaron con empresas privadas para realizar los más variados encargos se paralizan por discrepancias en los precios de las unidades de obra. No hace falta poner ningún ejemplo en concreto porque en la prensa asoman todos los días casos así: calles que se dejan a medio asfaltar, escuelas o institutos que no toman forma, tenderetes de música que no asumen su función, cuarteles que no se acaban de levantar porque se descubre que corre un río subterráneo por debajo. Cientos de páginas ocupan los contratos, cientos se dedicaron a los concursos públicos, a las milimetradas adjudicaciones, a los estudios geotécnicos, pero no hay manera de que se aten todos los cabos. Por la zona por la que uno camina todos los días, se encuentra con tres chalets -en diferentes puntos- que empezaron a construirse no hará cuatro meses, y todos quedaron empantanados. Desaparecieron hasta los carretillos. Si acaso quedan montones de guijarros y arenisca. Si esas tres iniciativas privadas, que se juegan su dinero, tuvieron algún tipo de fallo clamoroso (porque en caso contrario las obras avanzarían) ¿qué esperar de las obras sin dueño? En realidad estamos todos para callar.
Advierten los llagareros de los elevados costes de producción y piden campañas de promoción. Démosles la promoción que piden, pero también a todos los sectores que sufren los elevados costes de producción, léase la electricidad, y quizá ahora un pelín pequeñín la mano de obra. Ayudemos a la empresa siderúrgica, a la extractiva, a las peluquerías y otros cuidados personales, a las distribuidoras de alimentos, a las industrias ganaderas (las macrogranjas también), a los despachos profesionales, a los estudios de arquitectura, a los profesores particulares de inglés y de asturiano si hubiere, ayudemos y agrupémonos todos en la lucha final, que es la manera de no ayudar a nadie pero pondríamos una pica en Flandes con nuestra economía circular: el dinero circularía más, necesariamente habría que recaudar más vía tributos para que volviera a caer a mismos bolsillos de los que salieron los tributos. En realidad, uno cree que se trata de meter ruido, que los afiliados del sector vean que sus dirigentes se mueven, que protestan al gobierno, a los gobiernos, pérfidos éstos que no les hacen caso a aquellos. No. No hay que ayudar a los sidreros, mal que le pese a uno como consumidor y le puedan subir la mercancía.
El Ateneo Republicano pretendía organizar un homenaje en el cementerio de La Espina a José Maldonado, presidente de la República en el exilio. El Arzobispado no concede el permiso porque “el cementerio católico es un lugar de silencio y oración, por lo que la naturaleza del lugar hace más propio que la ofrenda floral, que es un acto recogido, silencioso, tenga lugar dentro, y los actos de carácter más políticos se hagan fuera”. De acuerdo, es así, pero es una propuesta muy exigente, que obliga a que nunca, en ningún cementerio, se tolere un acto que se salga un milímetro de esos criterios, ni el asesinato de un religioso, pongamos por caso, que ojalá no ocurra nunca.
Una noticia sobre los funcionarios de prisiones y sus reivindicaciones presentadas en pancartas colocadas junto a la verja de la Junta General del Principado le da pie a uno para dos cuestiones de refilón. En un caso se trata de una noticia de la hemeroteca de hace veinticinco años: “Detenido un preso fugado en Lugo que atracó varios bancos en Oviedo”. El preso tenía ya un amplio historial. Como tiene uno amigos funcionarios de prisiones, uno en Monterroso, le preguntó qué sería de este buen hombre. La respuesta fue: “Estoy seguro de que no se ha rehabilitado”. La otra noticia es para glosar nuestra maravillosa y tolerante democracia que permite pasquines y manifestaciones delante de las instituciones democráticas, del estilo de la que se puede ver en las fotos que tomó uno ayer.
Recoge uno dos buenos reportajes, uno en LNE sobre los costes de la oficialidad del asturiano ¿artículo interesado? Podría ser, pero dice lo que dice. El segundo reportaje es de El País para reflejar la paradoja de León, descontenta con su pertenencia a Castilla y León, pero que también sufre el quiste de El Bierzo, deseoso de alejarse de León como esa balsa de piedra de la novela de Saramago que se aleja de pronto de la península.
México propone pausar su relación con España: “No queremos que nos roben”. La sensación de los mejicanos de que los españoles roban o robaron, la palpó uno en directas/indirectas en algunas vacaciones en aquel país. Uno recuerda a un vendedor de mercadillo que para animar a la compra a los peninsulares decía con acritud: “un español cuando viene a Méjico siempre se lleva algo”.









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