2020/11/04

CUENTOS, de Augusto Monterroso


Poca cosa sabías de Monterroso antes de leer este breve libro de cuentos. Que ganó el Premio Cervantes y que escribió el que pasa por cuento más corto de la literatura, “El dinosaurio”, con el siguiente texto: Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
 

 

En esta selección de cuentos, figura también otro brevísimo, titulado “Fecundidad”: Hoy me siendo bien, un Balzac; estoy terminando esta línea.  

 

Por el contrario otros cuentos también breves los encabeza un título excepcionalmente largo, como este: Tú dile a Sarabia que digo yo que la nombre y que la comisiones aquí o en donde quiera, que después le explico. 

 

Hace tiempo tenías grabado en un MP3 una serie de poemas o relatos cortos leídos por los propios autores. Monterroso era uno de ellos, así que te familiarizaste con su voz de tanto oírlo. Al leer estos cuentos, te imaginabas al autor declamándolos en voz alta.  

 

Es un autor de imaginación desbordante, que utiliza con frecuenta sorprendentes paradojas (Por primera vez en la historia fue reconocida la importancia de los médicos que no curaban a nadie. Fallecer se convirtió en ejemplo del más exaltado patriotismo) con guiños a los clásicos de la literatura castellana (Tan pobre y mísero estaba, que cierto día se internó en la selva en busca de hierbas para alimentarse).  

 

La temática de los cuentos es de lo más variada, pero muchos giran alrededor del mundo de los escritores: el recital de poesía para escolares hambrientos; el laborioso parto de un cuento y la duda moral de qué giro darle al argumento; el ridículo de los cuentistas incultos sin técnica ni imaginación; los poetas que acuden a saraos que desdeñan; el escritor necesitado que se niega a vivir de las traducciones; la discusión y reconciliación amorosa de la pareja a cuenta de un premio literario y el coche obtenido como premio.  

 

Otros se inspiran en otros temas; el coleccionista de cabezas jibarizadas que va creando un macabro mercado donde escasea la materia prima;  el padre millonario de la pianista que no valora ni entiende la música; el maestro de ceremonias que da la palabra infinita e ignorante a la esposa del magnate benefactor; el recién divorciado que llora por todas las mujeres; el borracho para el que pagan una póliza pero no acaba de morir.  

 

La lectura se hace corta.  


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