2020/11/26

CUENTOS COMPLETOS, de Juan Carlos Onetti

Leíste una edición prologada por Antonio Muñoz Molina. Imposible resumir mejor las sensaciones: Leer a Onetti no es difícil, según dice una superstición idiota: tan solo exige lo que debería exigir siempre la lectura, una atención incesante, un ensimismamiento que cancele cualquier otro acto, que suprima el mundo exterior.

 

Son cuentos de extensión variable, cortos en general, algunos de dos páginas, otros de no más de treinta. Algunos cuentos, los menos, son de fácil lectura, pero la mayor parte más requieren una relectura para acabar de hilvanar el sentido. Según lees esperas que los tiros vayan por donde intuyes, pero no las tienes todas contigo. Por suerte, la intuición suele acertar. La prosa, en general densa, muestra contrastes sorprendentes y adjetivos inesperados.  

 

Unos cuentos están ambientados en Europa, otros en América, unos en el campo, otros en la ciudad: el sensible traficante de cocaína que se inventa vidas peores; la mujer estrafalaria que tiene un extraño sueño y paga a productor de teatro para que lo represente; el viejecito recién abandonado que va perdiendo la memoria y solo recuerda las cuadras próximas, y cuando las traspasa, muere; la amante virtual que viaja con su enigmática valija por el mundo con álbum que contiene fotos de su azarosa vida; la fantasmagórica boda con novio imaginario, banquete nupcial incluido; el telegrafista enamorado que inaugura comunicación telefónica entre Europa y Sudamérica; el enamorado de figura andrógina que prefiere vivir con la duda y que no se desvele el secreto del sexo.

 

Y algunas frases que no sabes sin expresan su sentir o el de algún personaje.

 

Se van juntos más allá del Retiro, camina por el muelle hasta que el barco se va, se mezclan un poco con gentes con abrigos, valijas, flores y pañuelos y cuando el barco comienza a moverse, después del bocinazo, se ponen duros y miran, miran hasta que no pueden más, cada uno pensando en cosas tan distintas y escondidas, pero de acuerdo, sin saberlo, en la desesperanza y en la sensación de que cada uno está solo, que siempre resulta asombrosa cuando nos ponemos a pensar. (Cuento Esjberj en la costa).

 

No se había animado a aceptar que la vida es otra cosa, que la vida es lo que no puede hacerse en compañía de mujeres fieles, ni hombres sensatos. (Cuento El posible Baldi)

 



No hay comentarios: