2014/07/24

INICIARSE EN LA LECTURA

Son las once de la mañana, llegas a la playa y coges un libro de la bolsa, pero no empiezas a leer todavía. Miras de reojo a ese joven que lee ligeramente inclinado hacia adelante en su silla playera, muy próxima a tu tumbona y que está a punto de terminar su libro. Finalmente, lo acaba, se deja caer sobre el respaldo, cierra el pequeño tomo, lo mira, inspira y expira hondo, se queda un momento pensativo seguramente lamentando que no queden más páginas y quizá se queje de no poder memorizar párrafos enteros. Finalmente lo guarda en su bolsa playera.

Quieres ver en ese lector a ti mismo en la fase final de un libro que te atrae (casi todos los buenos libros empujan a acelerar su lectura cuando quedan pocas hojas).

La tarde anterior también coincidisteis leyendo hasta última hora, en ese momento mágico en el que quedan los más rezagados jugando a las palas o charlando en grupos o simplemente mirando al/el mar sin preocuparse de tomar posiciones contra un sol suave que ya no molesta.

Entonces cruzásteis unas palabras:

- ¡Qué coincidencia, los dos leyendo a García Márquez!.

Tú comenzaste la lectura de algo que parece una autobiografía familiar Vivir para contarla y él estaba leyendo esa novelita que despachaste también una tarde de verano quizá en la provincia de Almería, esa obrita que aconsejas a quien no le guste leer o a quien le metan miedo las obras monumentales de García Márquez: Crónica de una muerte anunciada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No me gusta la crónica de una muerte anunciada. Si se trata de aprender a escribir, vale como ejercicio. Me gusta "Rebeca" de Hitchcock. Me gusta "Sospecha". No me gusta "Cien años de soledad". No me gusta todo lo de Cela. Me gusta algo de Pérez Reverte. Me gusta lo que he leído de Galeano. Y no se si recibirá el Nobel.