2012/09/05

LA MUERTE DE BASTANTES DE LOS ESCOLTADOS NO NOS VENDRÍA MAL

Como está libre en la barra del bar, coges El Mundo y al llegar a la página tres te encuentras con La Tronera, esa sección diaria en la que Antonio Gala da a conocer al mundo sus preocupaciones. Algunos artículos de opinión son imposibles de digerir con el murmullo de fondo de la sidra rompiendo sobre los vasos o, lo que es peor, con el ruido general tan hispano (o hispano tan general).  Para leer algunas columnas se necesita cierta concentración, por eso cuando llegas a la frase que encabeza este sueltillo tienes que volver la vista atrás, o por aquello de la precisión, arriba.

Sí, dice lo que dice, pero como no quieres sacarla de contexto, la lees desde el punto y seguido anterior. Sigue diciendo lo mismo. No queda más remedio que releer desde el principio para evitar el desenfoque. La frase sigue resistiéndose a una interpretación contextual, quizá no quepa otra que una glosa hipertextual. Hay un inconveniente: tus conocimientos, más que hiperlingüísticos son hipolingüísticos, así que no tienes más alternativa que arreglarte con una hermenéutica de andar por casa.

¿Cuántos escoltados son bastantes? Para que el plural no desmerezca, al menos serán dos. ¿Quiénes? ¿Militares, políticos, altos cargos, ejecutivos? Gala no tiene a gala decírnoslo, pero no carguemos demasiado las tintas. Gala no escribió asesinato, ni siquiera homicidio. Habló de la aséptica y previsible muerte. De esa forma los sufridos escoltas no tendrían responsabilidad alguna por una muerte que a Gala (y a alguien más, ya que insiste en el plural) no le vendría mal.

Cabe una última posibilidad, la muerte como ejemplo típico del certus an incertus quando, latinajo previsto para una clase de negocios jurídicos en los que el cumplimiento es seguro pero el momento desconocido; el ejemplo típico sería:  “cuando muera Fulano heredará Zutano”. A lo mejor era eso lo que quería decirnos desde la tronera, púlpito que le sirve para soltar truenos, rayos y algún sapo.

Otro día dirá desde su tronera que mentes perversas sacaron su frase de contexto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si en esos países del norte los políticos pueden viajar en bici y en Metro ¿por qué en España no se les facilita una bici o un abono mensual, en vez de un par de escoltas? ¿Tanto temen su muerte? A Carrero Blanco de nada le sirvieron los escoltas. No hacen falta escoltas, hace falta que las personas que se dedican a la política lleven una vida ejemplar y que no sean más delincuentes que los que ya están entre rejas. Además de los escoltas también se 'ponen' coches oficiales a cualquiera. También se dan puestos de 'agradecimiento' en empresas públicas para pagar favores. Y así, una lista interminable.

Anónimo dijo...

Gala for president....de Marinaleda