Remiras esa vieja foto de la montaña, no sabes si del sermón de la montaña y ¡qué teólogo podías haber sido! Estás en esa foto junto al futuro Abad de Covadonga, junto al futuro Vicario actual de Gijón-Oriente, junto al párroco actual de la avilesina Santo Tomás de Canterbory y junto a otros destacados presbíteros, entre otros, Fernando Llenín.
Al hilo de la visita de Benedicto XVI, La Nueva España atribuye estas palabras literales a Llenín: «El Papa reivindicó una educación basada en la inteligencia del amor».
Esta frase si que daría juego para un ejercicio de redacción libre, incluso para un examen final: la inteligencia del amor.
En las bodas religiosas es casi obligada la epístola de San Pablo: el amor es compasivo, el amor es misericordioso, etc. No dice nada San Pablo de que el amor sea inteligente, más bien la fama es la contraria, pero si el Santo Padre lo proclama, palabra de Dios.
Indagas otra vía, cavilas ahora sobre si inteligencia en esa frase quiere decir comprensión. Sí, puede ser comprensión, comprensión del amor, que hay que entender el amor. ¡Qué exegeta se perdió!
Amigo de contrastar las noticias, antes de intentar otra vía hermenéutica, intentas cotejar otras fuentes para averiguar qué dijo el Papa exactamente. ¡Sorpresa! Descubres unas importantes comas en la frase del Papa, que ha pedido a los docentes que muestren a los jóvenes el camino hacia la verdad, que es el camino de la "inteligencia, del amor, de la razón y de la fe".
Se acabó la inteligencia del amor, la exégesis, la hermenéutica y tus preocupaciones todas.
3 comentarios:
Es que Llenín escuchó el discurso por la radio.
NO BEBAS lUIS, NO BEBAS, que la lias.
Palabra de Dios! (ahora sí)
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