2011/08/17

¿LEYENDAS GASTRONÓMICAS?

Por lo que dicen, tu padre era pantagruélico, aunque seguramente él no conocía la palabra y mucho menos la pronunciaría, teniendo en cuenta que a veces se le lenguaba la traba.

¿Cómo conseguir y recopilar el innumerable anecdotario de las pitanzas de tu padre? ¿Leyendas rurales? Quizá, pero algo habría cuando tanto suenan.

Seguramente un tanatorio no es el lugar más adecuado para chascarrillos, pero a veces no hay otro punto de encuentro y las cosas hay que decirlas o contarlas allí mismo, a veces ante testigos mudos, antes de que la memoria se los lleve para siempre, a los cuerpos y a los recuerdos.

- Tú no me conoces, pero yo sé quien eres.
- No, no le conozco.
- ¿No eres el hijo del Rubio?
- Sí, el mismo.
- Yo soy…
- Ah, sí, el hermano de fulano, nieto de mengano. Pues no, no te conocía.
- Vaya aventuras que tengo de tu padre, era mundial. Ya sabes el saque que tenía. Era tremendo. Una vez, cuando teníamos el bar, un bar que tuvimos unos años, trajo una pita y la comió entera.
- ¿Entera?
- Sí, sí, entera. Bueno, miento. Estaba con Antón de Primo, el de Güelles, que ya sabes que andaban siempre juntos. Y tú padre, venga, dale, dale, venga, y Antón protestando : “¿qué ye que nun me vas a dejar na pa mi?” y tu padre con resignación: “anda, te daré este ala”.
- …
- Y al finalizar le soltó a Antón: por date el ala quedé con fame.

Y pensar qué tú también tienes cierta fama…, pero ni de coña.

¡Cuántas anécdotas quedarán olvidadas para siempre!

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