SENTADA

Pasó la reunión anual de los seminaristas, misa y comida mediante, y la conclusión es que los huesos o los músculos o los años se van notando. Se acabó permanecer de pié. Ya estuvo bien de rondar por los distintos corrillos. Estamos a punto de pasar a las sopitas y buen vino, o de momento a la cuchara y tenedor, y lo dices con cierta pena, pero la necesidad y la democracia obligan. Sin contar a los muertos, que no pudieron venir, los enfermos y los desanimados, el diez por ciento de los presentes, más sanos, ya alegaba coxeras o padecimientos del cuerpo.

Por si cunde el desánimo y crees ver escapar la mente juvenil, pareja al cuerpo, siempre te queda la oportunidad de pensar que el próximo año te tocará organizar una sentada.