2022/11/08

DE FACEBOOK (Días 3 y 4)

ECTURADE LA PRENSA. INSOMNIOS
Lee uno la columna de Juan Carlos Laviana en La Nueva España que defiende un mal acuerdo para pactar el Poder Judicial. Gráficamente: “La mayoría de los españoles no sabremos los intríngulis de lo que ocurre con el dichoso CGPJ, pero sí sabemos que nuestros dirigentes han optado por el pleito eterno, en lugar del mal acuerdo”. Sí.
El suplemento de Cultura del mismo periódico recuerda con varios artículos que dentro de unos días se cumplen cien años de la muerte de Proust. Entre otros el de Moisés Mori se titula “El deseo de leer (a Proust)”. Cuenta que pertenece a esa serie de libros célebres de los que se puede hablar sin haberlos leído. A todo el mundo le suena la historia de la magdalena de Proust. Uno lo tiene en la lista de pendientes, pero sus siete tomos meten miedo, y es que si se lee entero se deja de leer otros libros. Primero tendrá uno que terminar el Ulises de Joyce y luego ya veremos porque la lista es larga y la vida mengua.
¿Si se lee por la noche puede funcionar como somnífero? Podría.
Destaca El País que el problema del sueño de los españoles dispara la venta de somníferos. ¿Lo imputamos a la copiosa lista de enfermedades mentales que tanto proliferan? Algunos especialistas desaconsejan ir a la cama con el teléfono móvil. Sin embargo, uno lo aconseja fervientemente: sobre la almohada puede uno comenzar a borrar todos los WhatsApp del día de los que uno se quiera desprender para liberar memoria. Si todavía no entró el sueño cuando se hayan borrado los últimos, se puede intentar un crucigrama de la edición digital de El País, en abierto. Difícilmente se tardará en conciliar el sueño.
El Mundo señala que las jubilaciones más allá de los 65 años crecen un 7%. El ministro del ramo lo achaca al cheque de hasta 12.000 euros por año con el que premia a los interesados. Sin desmerecer ese motivo, uno cree que los trabajadores que prolongan su actividad son aquellos a quienes no se les exige el cumplimiento de la jornada laboral y se les toleran ligerezas por mor de las canas del abuelo (o bisabuelo).
La madrileña Ayuso se queja del sesenta por cierto de bajas de los médicos con motivo de la apertura de los centros 24 horas. Como Ayuso tiene mala prensa, se achaca su frase a mezquindad o chifladura. Uno, sin embargo, está con ella en esto. Uno recuerda una frase de Felipe González cuando siendo presidente se quejaba de que España estaba sufriendo una cifra de invalideces permanentes como si hubiéramos salido de una guerra mundial. A Felipe se le permitió lo que en Ayuso parece fatal. Algo puede opinar uno, ya que, por suerte sin duda, pasó toda su vida laboral sin una triste ILT.
Uno tiene un interés, digamos, intelectual y, por terquedad personal, en saber en qué queda la demanda del padre de Pablo Iglesias contra Álvarez de Toledo. La Fiscalía está con Álvarez de Toledo. Veremos.
La Dirección General de Tráfico lanza una campaña por el uso de los intermitentes. Uno no sabe de ningún caso de sanciones por no utilizarlos, ni por pegarse demasiado al vehículo precedente (esto puede ser grave), ni por invadir los pasos de cebra entorpeciendo el paso de los peatones, ni por invadir las aspas amarillas pintadas en algunas intersecciones, ni por llevar la música al alto la lleva. Habiendo tantas posibilidades punibles, parece exagerado castigar lo que muchas veces no es más que falta de civismo.

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LECTURA DE LA PRENSA. TENTARSE LA ROPA
No revela uno ningún secreto si afirma que, en general, procura tentarse bastante la ropa, tanto, que habrá a quien le cueste distinguir si uno viste de invierno o de verano, de claro o de oscuro, si predomina la ropa formal o la deportiva o si, como en tantas ocasiones, juega al despiste. En realidad, uno se apunta a la ropa de entretiempo. Yengo al grano, uno lee alguna cosa estos días sobre la muerte de la pequeña Olivia en Gijón. Uno opina por lo que se publica, pero resulta que en este caso se van conociendo nuevos datos que cuestionan las informaciones iniciales, salvo que uno milite en el partido del ‘sostenello y no enmendallo’. Uno no repasó lo escrito pero puede adivinar, si no los términos exactos (que esos se modelan sobre la marcha), sí la idea, porque la idea que uno tenga de las cosas y la forma de enfrentarse a las noticias no cambia de la noche a la mañana. Había dicho uno algo del grano y no acaba de ir a él. Va ya. Uno querría que todo lo que se sabe de un caso se publicara de golpe, no por fascículos, para evitar el riesgo de pensar que lo que hay está dicho el primer día, y no es así. De este crimen y antecedentes se van conociendo cosas, filtradas por los órganos judiciales para justificar que sus decisiones no son tan irracionales como a un profano podrían parecerle en una primera impresión. Sabiendo que las noticias se van destilando día a día está uno tentado de no leer más hasta que, pasado un tiempo, se conozcan todas las circunstancias. El problema es que ese día no existe o no da con el periódico en el que se publica. Uno es rehén de lo que se va sabiendo y publicando.
Parece que hoy va uno de juzgados. Algunos ciudadanos y ciertos ‘operadores jurídicos’ de Cangas de Onís se quejan de que allí se presta un servicio de segunda clase por plantillas no cubiertas y carencias técnicas. Con las plantillas de los juzgados ocurre lo mismo que con cualesquiera otras fuera de las ciudades más populosas. Pocos quieren ir a ellas, pese a que poblaciones como Cangas de Onís tienen un tamaño y unas condiciones ideales para llevar una vida agradable. No hay solución.
A un juzgado vasco llegó el caso de unos padres que pretendían poner a su descendiente el nombre de Hazia, semen, o semilla en vasco. Los nombres extravagantes o aquellos que puedan ocasionar perjuicios al menor están proscritos, pero a veces los padres se empecinan en ese capricho y no son capaces de imaginar las chuflas a las que exponen a sus hijos a lo largo de su vida. Que ellos sean los acertados y no el resto del mundo acosador y coñón, de acuerdo, pero uno les aconsejaría que fueran más prácticos que quijotes.
Lee uno que el 92% de los médicos de familia sufren agotamiento emocional por las extenuantes jornadas laborales. Uno cree que el agotamiento emocional, más que por las jornadas, habrá de venir por la dificultad de las decisiones a adoptar diariamente: encargar pruebas o no encargarlas, acertar con un diagnóstico, aguantar la presión de familias y pacientes, no por las jornadas en sí. En cuanto a la dificultad de las decisiones, uno no arrienda la ganancia a los jueces, aunque a todo se tiene que acostumbrar uno.
El País publica un reportaje sobre el laberinto para encontrar soluciones al TOC, Trastorno Obsesivo Compulsivo. Indica que los pacientes se enfrentan a tratamientos lentos, difíciles y caros para abordar un trastorno que les condiciona la vida. Y que muchos afectados agotan fármacos sin haber hecho nunca una terapia. Puede pensarse que el uso y abuso de los fármacos está potenciado por la industria farmacéutica, deseosa de vender. Por el contrario, uno cree que es la solución más cómoda y económica a corto plazo porque es más barato dispensar unas pastillas que hacer pasar horas y horas a un paciente por un profesional sanitario.
Ahora llegamos a la sección de exabruptos y grandilocuencias. Una la protagoniza un lector relativamente habitual de las cartas al director, en este caso para lanzar una furibunda crítica contra Indalecio Prieto y contra Antonio Masip, alcalde socialista de Oviedo en cuyo mandato se dio nombre a una calle, ahora retirada. Uno sigue los escritos de Martín, musicólogo notable, pero también fustigador de las izquierdas. Yerra en atacar la labor de Masip como abogado (su afán de protagonismo pudo estar en el origen de los casos que llevó), cuya deontología profesional le autoriza a defender los casos más impopulares. Exabrupto del lado contrario el del ministro Bolaños a cuento de la exhumación de Queipo de Llano, que preguntó (Bolaños, no Queipo): “¿Devolverían a los pies de la Macarena los restos de un genocida?”. Debería ser más preciso en el uso de palabras tan gruesas.
Se retira Piqué, que uno asociará siempre a la imagen de la manita, por encima de sus indudables méritos futbolísticos.
Ingeniosa la columna de Millás sobre las tiendas de proximidad y los chinos.



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