2022/11/07

DE FACEBOOK (Días 1 y 2)

 LECTURA DE LA PRENSA. DÍA DE MUERTOS Y CEMENTERIOS

Hoy habla uno de noticias de muertes y muertos.
El primer recuerdo es para el padre de uno. En el ABC Rafa Latorre firma una columna que titula “El mosquetón constitucional”, pero uno leyó ‘mosquilón’ porque justamente hoy, en un cementerio, se le escapó decir cariñosamente al propio nieto ‘pórtate bien, nenín, o te doy un mosquilón’. Los circundantes no entendieron. Normal. Mosquilón lo recoge el diccionario de la Real Academia pero con otra acepción. Sí lo encuentra uno en el de la Llingua Asturiana con el significado de ‘golpe cola mano’. Uno encontró la definición más precisa en un vocabulario leonés, tierra paterna, elaborado por María Dolores Llamazares. Mosquilón es un cachete, pescozón que dan los mayores a los niños. Ahí está la precisión: de los mayores a los niños. “Te doy un mosquilón” era frase habitual del padre, aunque uno no recuerda ninguna aplicación práctica, ni cosa parecida porque uno para él siempre fue ‘el nene’. (Frase en el médico: ‘Jesús, ¿viene solo?’. ‘No, vengo con el nene’; es decir, uno). Mosquilón, una palabra que uno tenía prácticamente olvidada. Un beso al cielo.
Por seguir con las muertes genéricas, una página del ABC se titula así: “Adolescencia, una de las etapas vitales más difíciles para afrontar un duelo. No se refugian en sus padres, con los que hablan poco, ni en amigos que, por edad, no saben aún qué es perder a alguien”.
En el ABC encuentra uno la noticia de unas muertes (muerte es poco, asesinato pone en guardia) ocurridas hace 86 años según la esquela. Ante tal recorte, a uno solo se le ocurre un refrán: quien siembra vientos, recoge tempestades.
Ahora pasamos a la trágica muerte de estos días: la de la niña de seis años ocasionada por su propia madre tras suministrarle una buena dosis de pastillas, si se confirman los indicios. Aquí está el primer problema. ¿Muerte, homicidio, parricidio, asesinato, infanticidio? Las redes arden por lo ocurrido, por cómo se describe y por las reacciones o falta de reacción de algunos y algunas líderes políticos/as. Así lo titularon los medios que uno ojeó.
El Comercio: Una madre mata a su hija en Gijón con un cóctel de fármacos tras perder la custodia.
La Nueva España: ‘Conmigo o con nadie’, exclamó la madre que mató a su hija en Gijón tras perder la custodia.
EL PAÍS: Detenida una mujer en Gijón por la muerte de su hija de seis años.
Uno cree que alguna diferencia hay en medios más proclives al feminismo. Craso error.
Son crímenes que a uno le dejan sin palabras, crímenes que por desgracia se repiten con cierta frecuencia. Piensa uno en esa madre de cuarenta y ocho años, que por lo tanto tuvo a su hija a los cuarenta y dos. No era una niña. Los padres llevaban cinco años de pleitos por la custodia, es decir, al poco de nacer. Un infierno para ellos y seguro que para sus familias. Conflictos colaterales para las instituciones donde se escolarizan esos niños, problemas con las entregas, con las actividades extraescolares. Un calvario de vida para el que uno no ve solución. Mala suerte donde toca.
Después del cementerio, como coincide con el cumpleaños de la santa, hubo ágape en restaurante de postín (dentro de un orden), cuyo nombre uno omite por prudencia, aunque fue visto por una lectora que cuca en estas páginas. Ahora abre uno un paréntesis porque un editorial de El País se titula “Clientes sin atención” y se refiere a las dificultades para cambiar de operador energético. Sin embargo a uno le sirve de disculpa para contar un insólito detalle de atención del restaurante y es que como uno olvidara las gafas de cerca, que ya son imprescindibles para leer sin aspavientos la carta, un camarero le apurrió un kit de gafas de lectura. Uno quedó pasmado ante este y otros detalles para el comensal infantil.
Tenia uno pensado contar alguna cosa más, pero con la muerte y asuntos colaterales, se rellenó la sección.
Quedan únicamente unas viñetas bienintencionadas para el contraste del humor.
(Ante estos comentarios variopintos compadece a los lectores, a quienes gusta el primer párrafo pero desagrada el penúltimo, quienes están de acuerdo con el tercero pero radicalmente contra el segundo, a quienes agrada una viñeta pero revuelve las tripas otra ¿qué ponemos, me gusta, me disgusta, o mejor, no decimos nada?)

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LECTURA DE LA PRENSA. MONOGRÁFICO LENENSE
Lee uno en La Voz de Lena la noticia de la progresiva instalación de ascensores en los bloques de las nuevas colominas, que no son tan nuevas. Uno estaba en la idea de que ya todos los edificios contaban con este equipamiento. Las nuevas colominas de La Pola constituyen una urbanización más que digna. Uno conoce algún piso y los ve muy correctos. De joven subía con frecuencia a los de más altura a viviendas de amigos de entonces y no implicaba gran esfuerzo. Hoy sería otra cosa. Los usuarios de años podrán señalar sus deficiencias, pero las colominas sobrellevan bien el paso del tiempo: más de cincuenta años. La estructura de los edificios y la amplitud del espacio circundante facilitó sobremanera que se pudieran dotar de ascensores, que prolongan notablemente la vida del edificio. Faltan las plazas de garaje en las propias casas, una comodidad indudable en la vida urbana. Hoy es impensable un piso, siquiera sea de dos alturas sin ascensor, pero en aquella época era posible construir edificios de cinco alturas sin esa comodidad. El objetivo de eliminar barreras arquitectónicas es un principio nada maximalista. De hecho, uno aborrece los dúplex, muy bonitas modernidades para cuando se es joven y se está sano, pero los achaques están a la vuelta de la esquina y no respetan edad. Uno en su caminar por el extrarradio urbano ve hermosos chalets de dos alturas y se imagina a sus moradores jóvenes y muy felices unos años, hasta que alguien de la familia sufra cualquier contingencia y entonces llegan las lamentaciones.
Hace unos días leía uno que Las Cuencas suman 14.000 viviendas vacías, muchas en las barriadas mineras. Señalaba la prensa que el despoblamiento, la reticencia a alquilar y el deterioro y los precios inflados de algunos pisos de segunda mano explican la tendencia. Sin quitar importancia a ningún factor, uno se fija en el deterioro como factor principal. El problema no se resolverá hasta que el paso del tiempo declare la ruina física del edificio, pero para eso faltan todavía años porque hay dueños curiosos que trabajan para la durabilidad de sus casas. Lo que sí será necesario plantear, no en el centro de las poblaciones, pero sí en las zonas más alejadas, es la construcción en altura. Es de todo punto antieconómico la construcción de edificios de tres alturas, que quedan muy armoniosas y estéticas pero implican unos gastos bestiales por el mantenimiento del ascensor. Necesariamente habrá que ir a edificios más altos y más dispersos para ganar zonas verdes y espacios comunes y, abaratar costes disparados y disparatados.
Ya que estamos en las Cuencas, no quiere uno pasar por alto, aunque sea con retraso, el hito que supuso que el Premio Príncipe de Asturias Eduardo Matos Moctezuma haya compartido una jornada en el Colegio Sagrada Familia-El Pilar de Pola de Lena, con moderación a cargo de la profesora Graciela Álvarez, autora de preciosas fotos, entre otras virtudes que saltan a la vista.
Destacar también el entretenido artículo de Ernesto Burgos sobre la llegada de las máquinas sietemiles y otras peripecias. Burgos aporta un enfoque diferente del típicamente ferroviario. Posiblemente el tal Genaro de Fierros al que alude el historiador, como el ayudante que por primera vez franqueó el Pajares con una máquina eléctrica, se trate de Genaro García González (1893-1940), Genaro el de Cesárea.

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