2021/01/02

RESUMEN DEL AÑO (DEL BLOG)

Como si de un informe (leve) de gestión se tratara, echas una ojeada a las entradas de este blog durante el año que acaba de finalizar. El número global de apuntes fue superior al de los últimos años. Hubo más tiempo libre, más momentos de reflexión, más lecturas de libros. Eso se notó en más escritos, sobre todo los nueve primeros meses del año. Más adelante bajaste un poco el pistón, que achacas a dedicar más minutos a la lectura de esa prensa informática que recibes y lees en pecado. Comienzas el año con intención de limar este desfase, pero ya sabes de qué clase de intenciones está empedrado el infierno. 

Crees que no quedó ninguna sensación personal ni hecho político sin registrar, bien entendido que te atienes estrictamente al subtítulo del blog: comentarios no demasiado íntimos. Y también hay que considerar la premisa del título: Buridán es el hombre (o el asno) que duda.

En el no nato informe de gestión ibas a contar y clasificar las entradas: cuántas de una clase, cuántas de otra, pero abandonas la idea por laboriosa, inútil y petulante. Baste indicar que hay muchos comentarios de libros (este año leíste bastante; hay ocho resúmenes en junio pero seguramente no todos están leídos en junio, quizá fuiste dejando los resúmenes para fechas posteriores porque se te acumulaban las ocurrencias y dejaste los comentarios para esas fechas en barbecho); de sensaciones personales derivadas de la observación, de vivencias o de lecturas de la prensa. Algunas cuestiones políticas merecieron también una entrada, y tampoco podía faltar la pandemia, en particular los primeros meses, que coincidieron con el primer estado de alarma y el confinamiento estricto, que daba pie a rascarse directamente el cerebro. En un momento dado, te diste cuenta de que habías escrito tantos comentarios que hiciste un resumen, concretamente el 8 de junio. Una recapitulación es un momento para revisar si de algo te podías arrepentitr. Algo habría, pero ahí queda para escarnio propio. En el pecado llevas la penitencia.

Hay entradas y entradas. La del 10 de febrero es significativa (aquí te confiesas esclavo de la prosa burocrática, esa que tanto utilizaste, ¿qué es significativo?¿qué es lo significativo?) porque coincidió con el último día de tu vida laboral y te apeteció dejar una reseña a modo de resumen. Es el resumen que se te ocurrió en ese momento. Sería otro resumen si se escribe cinco años antes (con lo acaecido y vivido hasta entonces) o cinco después (si llegas allá y a saber cómo serían entonces los recuerdos). 

Tampoco puede faltar el cuento de Navidad, que suele ser la última entrada del año. El cuento comienzas a pensarlo hacia mediados de diciembre. A veces a primeros de mes sabes qué idea quieres transmitir, pero otras veces, llegas a mediados sin idea preconcebida ni sin preconcebir, sin idea, pero con la esperanza de que algo se te ocurrirá. Este año tenía que ser el tren de la vacuna, pero había que dar con el desarrollo y el desenlace. 


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