REFLEXIÓN PRE-ELECTORAL

(Un poco de desidia, una avería en el ordenador y otro poco de desidia acaban en casi un mes de vacío de publicaciones. Alguna vez lo había que romper).

Como muchos españoles (o ciudadanos, ponga cada cual lo que menos le disguste), estás cansado de las elecciones, pre-elecciones y post-elecciones. Cuando dedicas diariamente unos minutos o una hora a la prensa, lees algún editorial, las viñetas, la información local, los plumillas de la tierra, la información regional relevante o que te dice algo, las esquelas, los sucesos,... pero la información política, las noticias de campaña, las declaraciones pensando en titulares..., lees eso, los titulares, sin entrar en la previsibilísima y anodina letra pequeña, ese no decir nada concreto de pactos, esa grandilocuencia que no se traduce en nada....

Por decir algo del debate de los cinco líderes, apuntar que lo empezaste tarde y que marchaste para la cama antes de terminar. No te coincidió el adoquín de Rivera. Gustó de Rivera o se gustó él, la primera vez que nos sorprendió enseñando algo a la pantalla (ya no recuerdas qué), pero el tic está agotado, como su discurso. Rivera perdió la oportunidad de ocupar el lugar de la derecha o el centro laico. Amortizado.

Sánchez tuvo una metedura de pata garrafal con la extradición de Puigdemont y el nombramiento de los fiscales. Algo acabará pagando.

Pablo Iglesias estuvo en su última línea, tendiendo la mano al PSOE. Previsible.

Vox peligrosamente claro. El resto le hicieron el vacío. Táctica arriesgada. Ya que no hubo oposición en el debate, El País publicó un editorial furibundo interpretando el sentir de las bases socialistas, alejado de las medias tintas de otras ocasiones.

Casado fue el ganador para ti, porque no tuvo fallos. Al que no le gusta el programa popular no le gusta, pero si no dió lugar a titulares, tampoco lo dio a chismes, y eso ya es un mérito.

Estás tentado de votar en blanco, pero votarás pensando en el problema catalán.