2018/08/30

SUBVENCIONES BUENAS Y MALAS

Que cierre Vestas su planta de Villadangos del Páramo es una pésima noticia para el empleo y para la ética pública, porque se mantuvo mientras pudo aprovecharse de las subvenciones por distintos conceptos, pero no cabe llamarse a engaño. Esa práctica existe en otros muchos sectores. Según nos toque, nos parece bien o nos parece mal.

https://www.lne.es/economia/2018/08/29/vestas-cierra-leon-vez-le/2339956.html

Por ejemplo, es muy conocido el fenómeno de las casas que se rehabilitan en Asturias para dedicarlas al turismo rural, pero solamente durante el tiempo mínimo indispensable para no devolver las subvenciones recibidas. A eso se anima incluso desde instituciones públicas, procurando, eso sí, que las subvenciones vengan de otros: Ayuntamientos animan a los particulares a gestionar subvenciones autonómicas para fijar población o con cualquier otra disculpa, y las autonomías animan a rebuscar entre las menguadas ayudas municipales, o estatales o comunitarias.

https://www.elcomercio.es/asturias/201703/26/muchos-cobraron-subvencion-para-20170326015241-v.html

Que a los cinco años quiten la placa del turismo rural no nos parece tan mal, lo que hace que te preguntes si el reproche moral es proporcional a la subvención. Siempre se podrá decir que si durante unos años el hotelito cumplió su función de alojamiento, la Vestas de marras también generó algo de riqueza entre asalariados y proveedores.

Hotelito y Vestas fueron bonitos mientras duraron.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Tanto en una empresa como en las otras, el objetivo empresarial funciona bien: enriquecerse a costa del Estado, del contribuyente. De lo que no terminan de darse cuenta algunos, es que el sistema de subvenciones no es el mejor para crear empresas, que para eso ya están las empresas públicas, que viven del Estado, de los gobiernos autonómicos, de los ayuntamientos, de las comunidades de vecinos. Las empresas privadas, si son privadas es porque no son Estatales. Esta economía mixta de otorgar subvenciones a los amiguetes de los que están en el gobierno, no es buena para nadie, salvo para los que reciben la subvención. Es como las comisiones del 3% o 30% por obras, que se llevan ciertos políticos que viven del partido que le saca las comisiones. El sistema es corrupto y hay quien le saca partido. Y encima goza de impunidad por aforado. Como el rey emérito y toda una interminable jarca de politicuchos arribistas. Para algunos es más importante sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos que resolver los problemas de la economía sumergida, o de las subvenciones a fondo perdido, o lo de la ocupación de tu propia casa, porque no tienes derecho a la propiedad privada. ¿Y nos quejamos de la dictadura de Franco? ¿Nos quejamos de la dictadura de Maduro?