2010/10/09

FÉTIDO

Sales a picar algo con tu señora y te dice que la acaban de llamar del dentista para preguntarle qué tal se encuentra después de lo de ayer, cuando le extrajeron un montón de piezas dentarias o dentales. El caso es que también la llamaron ayer por la noche para ver cómo evolucionaba. Y que el día anterior a la intervención, cuando tenía que tomarse alguna pócima farmacéutica, también la llamaron para recordarle que al día siguiente era sujeto paciente de una intervención, así que tenía que tomar lo que le recetaron.

Eres un defensor deológico de lo público, y en prticular de la sanidad pública, pero ¿cuándo la sanidad pública tiene un comportamiento similar? Distingues. Quizá algún sanitario público a título particular sea especialmente insistente con algún paciente, pero ¿con todos? Y si lo fuere, quizá se enorgullecería ante sus amigos de lo buen servidor público que es, cuando el privado lo lleva a cabo por rutina, por disciplina, y de tanto repetir acabará convencido de que es así y de que tiene que ser así. Es el paso filosófico del ser al deber ser.

A veces, como servidor público, por hacer (menos de) lo que debes, estás tentado de pedir una condecoración o, cómo mínimo, el reconocimiento público del jefe.

Sí, hace unos días escribiste lo contrario o, si no lo contrario, algo en defensa de lo público, pero este blog es de un hombre dudoso y dudante.

Es cierto que la sanidad privada es experta en maquillaje y marketing, pero si cuesta tan poco ¿por qué la sanidad pública, lo público, no toma nota?

Con frecuencia cunde el desánimo, por eso acto seguido mezclas churras con merinas.

Hace dos meses que en la estación subterránea de Llamaquique en Oviedo, se perciben olores fétidos procedentes de una filtración de aguas fecales. Verborrea: estamos en ello, hay un protocolo, no superamos los mínimos, estamos pendientes del análisis bacteriológico, etc., etc.

Al paso de los trenes por el túnel el olor impregna los vehículos y permanece en ellos varios kilómetros hasta que se renueva el aire. ¿Qué haría un particular si eso ocurre en su coche? Cerrar el grifo. En lo público, ¿quién da la orden? ¿es reglamentaria? ¿afecta a la seguridad?

Mientras tanto, el olor permanece, como un cáncer que va corroyendo las estructuras y la moral.

4 comentarios:

miner dijo...

Supongamos que tu mujer tuviera un seguro privado. Y que la cobertura del mismo, le permitiera hacer esa intervención en una clínica también privada. ¿Crees qué la llamarían tantas veces?
Lo guapo ye encontrar gente amable sin cobra.

Anónimo dijo...

noticia de El Comercio sobre la fetidez de Llamaquique (Yamakike?).

Luis Simón Albalá Álvarez dijo...

En el fondo estoy de acuerdo con el artículo aunque los olores no se deben a que los WC estén cerrados sino presumiblemente a una fuga de aguas fecales que se filtra a través del túnel. Andan por allí los de Seragua.

miner dijo...

Que manden por allí, a los de Seracaca.