La viajera traduce su mosqueo en tres folios porque le pareció entender que el empleado del ferrocarril llamaba burra a su perra.
- La burra delante para que no se espante.
El animalito, un bulldog de nada, inofensivo del todo, andaba por los andenes sin bozal y la dueña, lo mismo, pero héteme aquí que como el animal y la dueña tuvieran prisa por subir y no dejaran bajar a los viajeros que llegaban, el empleado, con buen criterio, concretó, no lo que debía ser sino lo que era y veía.
Los animales dan mucho juego y son fuente inagotable de anécdotas y malentendidos desde que los estudiantes, parodiando las célebres Catilinarias de Cicerón, pronuncian con voz tonante:
- Mater tua mala burra est.
Otros dicen directamente
- Catilina mala burra est
Que nada tiene que ver con burras ni con malas porque se traduce como “Tu madre come manzanas podridas” o “Catilina come manzanas podridas”. Viene bien para la broma que est en latín unas veces ejerce de es y otras de come.
Los burros y los perros, sembrando la confusión desde los tiempos de Catilina.
Esto de la atención al cliente, algunos días resulta hasta entretenido.
2010/10/14
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3 comentarios:
Quid quid latine dictum sit, altum videtur.Post eventum vani sunt questus.Carpe diem
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;)
Y dicen que el latín no sirve para nada y mira lo como os ha dejado a vosotros dos!
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