2010/09/20

CRÓNICA DE UN SÁBADO DE FIESTAS

Pese a estar en fiestas, tenías previsto que fuera un sábado normal, es decir, paseo por el Fontán, compra de periódico, sidra y picadillo en el Ramón, un rato al ordenador, Sporting-Bilbao a las ocho, Real Sociedad-Real Madrid a las diez, bocata en los chiringuitos, mojito en el Rincón Cubano, paseo, retirada. A todas luces era una agenda imposible de cumplir pero el tiempo iría poniendo o quitando actividades sobre la marcha.

Comienzas con el paseo por los puestos del Fontán. No crees haber comprado nunca nada pero no por eso abandonas la rutina.

Después de comprar el periódico tomas asiento en la primera mesa de casa Ramón, no la del patio interior, sino la que da a los puestos. A los cinco minutos queda libre la segunda mesa, tu preferida, debajo de los soportales, alejada de la posible corriente de la esquina, de los rayos del sol y de la lluvia. Allá vas.

- ¿Sidra y picadillo?
- Ni se pregunta.

Comienzas a leer el periódico, excepcionalmente por delante. Lees que seis ovetenses acaban de recibir el premio de hijos predilectos y adoptivos de Oviedo. La prensa hace suyas las palabras de uno de los premiados, el científico López Otín: “desde diferentes puntos convergemos en lo mismo, construir un mundo mejor”. Los galardonados son Patricia Urquiola, arquitecta y diseñadora; José Manuel Campa, Secretario de Estado de Economía; Marcelino Fernández, director de la constructora ACS; Vicente Gotor, Rector de la Universidad; López Otín, científico y Alejandro Fernández, hijo del fallecido fundador y propietario de Alimerka. ¿Qué era para ti un mundo mejor? Hasta ese momento, el mundo mejor lo asociabas a algún género de filantropía, de ayuda al tercer mundo, pero seguramente nunca te paraste a pensarlo. A lo mejor era un resto de beatería. Ensimismado estás con la idea y mirando para las musarañas, cuanto te despiertan.

- ¿Un culín, señor?
- Sí, sí.

Tomas el culín y pasas página. Del pincho de picadillo ya habías dado cuenta, pero no lo vas a detallar todo. Mientras tomas el pincho no lees, el pincho es un rito que requiere concentración absoluta. Te pasa como a Bush padre, que no podía hacer dos cosas al mismo tiempo: mascar chicle y bajar las escaleras.

Lees que el ecuatoriano que mató a su ex novia confiesa el crimen “con toda tranquilidad”. ¿Es lo mismo tranquilidad que frialdad?. Recuerdas ahora que el viernes anterior, es decir, ayer, cuando leías los titulares de la noticia sobre la barra de un bar, le preguntaste a la camarera, ecuatoriana, si conocía a alguno.

- ¿Qué?

Quedó fría, como si no entendiera la pregunta. Se alejó unos metros y volvió:

- Yo no, pero una amiga mía, sí la conocía.

A lo mejor formulaste una pregunta incómoda, pero supones que entre la colonia corren las noticias de otra forma.

Lees después un articulillo de David Orihuela “¿y si cerramos?” "Los vecinos protestan, los amantes de la música también, los padres con niños se quejan y el Oviedín del alma recela de la invasión del final del verano. Así que igual la solución es pasar de todo, no hacer más fiestas de San Mateo y dejar que el otoño se instale poco a poco en la ciudad sin esta algarabía de bienvenida. Y así todos contentos. ¿O alguien protestaría?”. David Orihuela, un columnista original y un contrapunto a otras firmas rancias del mismo periódico.

Lees unas páginas más adelante que la ex concejala del PP Cristina Hernández, que meses atrás había quedado en libertad, fue sorprendida con una navaja y que su acompañante llevaba una pistola. Piensas en lo difícil que se recupera esta gente.

Ves a continuación que José Luis Riestra, pintor y ferroviario, posa para la entrega del premio del certamen de pintura de la calle Gascona que ganó con su cuadro "Churri, Chumichurri, costilla y sidra", que insertas aquí sin permiso http://minernm.blogspot.com/. Sonríe y mira para el presentador habitual de estos actos, Luis Estrada, reconocido sidrero, integrante del Cuarteto Torner y viajero habitual de El Entrego a Oviedo.

Te imaginas un diálogo imposible a todas luces:

- Te entrego el premio, pero no me cobres el próximo billete.
- Vale, pero dedicas una tonada a los viajeros.

Con ese sencillo trámite tú tendrías para un titular en la revista interna de la empresa: “Cercanías con la cultura asturiana”.

También recibió un premio como escanciador Pedro Mengue, un negrito de los que trae de África el cura de Campomanes que te facilita los archivos parroquiales en los que buceas con libertad. Integrado a tope el negrito.

Sigues leyendo en esas páginas centrales, medio publicidad medio información, que el cura de San Juan ya tiene rotulado el nicho donde van a reposar sus cenizas. “Antes la cremación tenia mala prensa, pero es más rápida, más barata y más cristiana”. Palabra de Dios. Personas e instituciones tienen derecho a cambiar de opinión. No nos rasguemos las vestiduras.

En las páginas de economía ¿deberían estar en las de religión? lees que el obispo, en la foto también con el vicario, declara que “la huelga es legítima cuando resulta inevitable”. Legítima, inevitable, palabras contenedores que todo lo admiten. Recién anochecido, saludarías al vicario en una terraza, eso sí, frente a la catedral. Normal, alguien tiene que vigilar los santos lugares.

Ya en las páginas de deportes lees que Mourinho querría hacer un breve paréntesis en el Real Madrid para dirigir dos partidos a la selección portuguesa. Esperas que no ponga el grito en el cielo cuando una legión de sus jugadores sean convocados a sus respectivas selecciones.

Llegamos a las esquelas. Te encuentras la de María de los Ángeles García Menéndez, vecina de Ujo. Sigues leyendo. Sus hijos...Hilario, sacerdote. Capilla Ardiente: Tanatorio de Mieres. Entierro a las cinco en Ujo.

Van a dar las dos de la tarde. Llamas por teléfono a ese cura amigo común de Hilario para echarle la bronca por no haberte avisado antes.

Sigues leyendo. Sucesos. Una lenense fallece en Mieres al caer su coche a las vías del tren. Era del restaurante Casa Ángel de Espinedo. Te trae recuerdos Casa Ángel. Fuiste una única vez, en una nochevieja con una novia. A los dos o tres días lo dejaste. Año nuevo vida, nueva. Espinedo no tuvo la culpa, pero una ruptura de la que no estás demasiado orgulloso.

A estas horas (a estas del sábado, no hace treinta años) ya había llegado tu mujer, que echó una ojeada al periódico:

- ¿No viste la carta sobre Llamaquique?
- ¿Qué carta?
- Una sobre la estación de Llamaquique. No, vi una sobre Álvarez-Cascos...
- Tú con las esquelas ya libras.

La lees, pone a la estación de Llamaquique de fétida cloaca. Como la firmante te suena, llamas en el acto al Jefe de Obras.

- ¿Viste la carta sobre Llamaquique que salió en La Nueva España?
- No, y estuve leyendo la prensa, vi la carta sobre Cascos...espera, tengo aquí el periódico, sí, aquí está.
- ¿Sabes lo que pasa?, que una vez fui a un curso sobre técnicas de lectura y escritura. Entonces dijeron que leíamos la prensa en forma de V y que eso lo tienen en cuenta los directores de periódico a la hora de colocar las noticias. Y como la carta estaba en página impar en la esquina superior izquierda, queda fuera del área de lectura rápida.
- ¿Pero tú cómo te enteraste?
- Me lo dijo la mujer. La firmante es una escritora de cierto renombre.

No le discutes el renombre, pero en la carta al director, pelín exagerada. Como ejerce de documentalista y de novelista, en esta carta al director primó la segunda faceta. No obstante, al llegar el lunes grabarás la carta como reclamación, para constancia oficial.

A esa hora ya se habían unido al dúo esos otros cantores con los que a veces tomas un mojito de izquierdas. Ven por allí a una pureta conocida que echó novio. La saludan. “Es buena gente”, dicen. Debatís ligeramente sobre si es lo mismo ser buena gente que buena persona.

Son más de las dos y media y a estas horas ya rondan por allí las furgonetas, que es hora de empaquetar los tenderetes. Por allí pasa Gitano Jiménez, con puesto en El Fontán y Campeón de Europa de boxeo en los años setenta. Aprovechando su paso habláis sobre la casi imposible integración de los gitanos en las costumbres occidentales, eso desde una opción progresista. Se integra el negrito, el ecuatoriano, pero ¿el chino? ¿el gitano?

Es la hora de comer. En casa. Pollo al ajillo y pimientos del Padrón, que unos pican y otros non. Hay quien prefiere el pollo de El Ovetense. Tu mujer y tú estáis de acuerdo: el mejor el del Muñiz, de la calle La Lila. El sitio será cutre pero el pollo es el mejor. No invitaréis allí a nadie, pero una vez al mes una visita al Muñiz no puede faltar. Cuando vayáis con otra “buena gente” habrá que dejarse caer por otros sitios más aparentes.

Es la hora del funeral. Te encuentras con otro ex seminarista, Rafael el procurador, ahijado del antiguo Defensor del Pueblo, casado con una antigua vecina de Fierros. Paz, el director de orquesta, primo de Hilario, explica en el pórtico que cuando construyeron el ferrocarril cambiaron en parte la disposición de la iglesia románica de Ujo. Desconocías ese detalle pero es cierto que la iglesia está encima de las vías o las vías encima de la iglesia. Si miras hacia arriba destacan un alga y una omega pero con el orden cambiado: primer la omega y después el alfa. ¿Será un guiño a esa iglesia trastocada?

Oficia la misa el propio Hilario. La homilía corre a cargo de Juan José Tuñón, Abad de Covadonga. Comienza Tuñón anunciando que Hilario le pidió una homilía sencilla. ¿Temería un tratado de Teología? Cuando murió la madre de Juanjo, Ángeles también, se intercambiaron los papeles y en la Pola la homilía corrió a cargo de Hilario.

Lee una lectura Toño Ruiz, con su voz de trueno de siempre, a lo Paco Rabal, también de tu curso. Te sorprende un párrafo y así se lo haces notar al final: “En aquel tiempo, Jesucristo dijo a la gente...”. En la retina de la memoria, los que recuerdas es que hablara a “sus discípulos”, pero seguramente primero hablaría a la gente, que acabarían siendo discípulos...o no. Hoy los chascarrilos de la caverna, para mofarse de Bibiana Aído, dirían “discípulos y discípulas”.

Como estás en Ujo te acercas al viejo y destartalado taller, primero de máquinas, después de vagones y ahora, gallinero y plantación de berzas. De momento, y parece mentira para ti, un suspenso en Conocimiento del Medio porque intentas entrar a los andenes a través de la sala de espera de la estación, sin percatarte de que hace más e dos años que aquello está cerrado, que ahora se entra a través de la pasarela superior con ascensores. Promesa para este curso laboral: salir de la cueva y patear estaciones, aunque luego te arrepientes de ver lo que hay que ver y no hacer nada.

Llegas al fin al taller. Tu tío Félix, el de Gijón, te había dicho hacía tiempo que las puertas del taller las había hecho tu padre. Cuando divisas esas puertas verdes te acuerdas de ese color que tanto vistió tu casa en aquel tiempo. No te puedes acercar mucho porque aquello es de uso privado, como dijiste, pero reconoces esa trabazón de las tablas tan típica de tu padre, carpintero por encima de todo, aunque en la empresa ferroviaria nunca ocupara puesto como tal.

Vuelves a Oviedo. Pierdes de mala gana la primera parte del Sporting-Bilbao porque la tarde-noche es larga y el cuerpo tiene un aguante. Sufres doblemente el agobio de los últimos minutos, el agobio del campo y el agobio del bar. Te das con un canto en los dientes por el punto ganado pero piensas en el agobio del bar, en toda esta gente que se amontona cabe (olé a la barroca preposición) la barra. Tienes que sortear cabezas para sufrir con los embates del Athletic, pero sarna con gusto no pica ya que buscas deliberadamente el barullo. Piensas en esos cuatro personas por metro cuadrado que habrá allí en ese momento durante más de media hora. Ese el tope máximo que se prevé para los trenes de cercanías. A partir de ahí, los empujadores. Piensas en esas quejas que de vez en cuando se reciben porque de pascua en ramos la gente viaja entre La Corredoria y Oviedo (dos kilómetros, dos minutos) con una ocupación de dos personas por metro cuadrado. Quizá los mismos que están aquí media hora agobiados y agobiantes, pero con gusto. Y pagando más que el precio de un billete entre La Corredoria y Oviedo.

Te rescata tu mujer, que malamente distingue tu calva entre tanta cabeza. Os encamináis a los chiringuitos. No podía faltar un bocata en el Topu Fartón, en este caso de beicon con queso y una botella de sidra, una y compartida. El beicon abundante, el bocata buenísimo. Mientras das cumplida cuenta del bocata te encuentras con el compañero del Seminario dueño de una imprenta que te reprocha cariñosamente que no le hayas encargado un trabajín que habías apalabrado para el encuentro de Fierros. Conclusión: en el mundo empresarial, en el que tan mal te manejarías, es peligroso hasta preguntar. Y, por si no había quedado claro, te recuerda que para el próximo encuentro de ex seminaristas, se acabó la espicha, todos sentados, que uno va entrando en años. Tomada nota.

Desde el exterior de un bar y a través del cristal ves los últimos cinco minutos del Real Sociedad-Real Madrid. 1-2, menos mal. Ya puedes tomarte un mojito sin sufrir. El Mojito, del Rincón Cubano por supuesto, pero la música del Rincón te parece un poco ratonera este año, así que te acercas al chiringo de La Guinda, más conocida, ¿más socialdemócrata?

El día anterior otro compañero del Seminario, ahora de bolis caídos, con el que coincidiste por la calle Gascona, te dice que a juzgar por tu blog, no das golpe y eso que cuando te viene a ver a Oviedo, pasa por la oficina y allí estás como un clavo.

En desagravio, ahí quedó el rollo anterior: diario de un día de folganza.

Otro día contarás con pelos y señales una entretenida jornada de trabajo para que no se diga.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pedro mengue, gran persona,excelente escanciador, mediocre deportista (jajaja) y excelso negro... GRANDE DON PEDRO

miner dijo...

Hoy por la mañana pasé por Ujo y me acorde de ésta interesante y divertida entrada y, me fijé en las puertas del antiguo taller.
Pedro Mengue está de echador en la sidrería Villaviciosa y además de buen escanciador, debe de ser buena persona, por el afecto que levanta entre los clientes. La sidra Muñiz está buena.
Si un día tenéis una reunión de seminaristas en Covadonga, el mejor pollo, en la sidrería Vegarredonda de C. de Onis.
Y tu mujer como la mía, lee la letra pequeña. ¿Pero dónde leíste eso?
Para estar de fiesta si que curraste y bien.

Fe de Erratas dijo...

donde dice: "cuatro metros cuadrados por persona" debe decir cuatro personas por metro cuadrado.
De nada

Anónimo dijo...

hay muchos sábados para la rutina, por uno que se vaya al carajo tampoco nos vamos a enfadar
Juvenal