El corto sentido común te decía a ti y decía a la gente corriente que qué pintaban las Cajas de Ahorros tradicionalmente provinciales o regionales, saliendo a pescar fuera de sus caladeros naturales. Por de pronto se arriesgaban a que la gente les perdiera el cariño, si fuera posible tener un sentimiento así hacia una entidad de ese tipo. Quizá sí, por el recuerdo infantil de la hucha.
Era una salida contra natura que incrementaba costes y reducía márgenes porque ¿qué puede ofrecer una Caja asturiana en Burgos que no ofrezca la local, y viceversa? Seguramente originó en primera instancia un beneficio para el consumidor porque como las Cajas emigrantes tiraban los precios, las locales tuvieron que seguir el mismo camino en su propio territorio.
Disminuyeron beneficios, pero ganaban tamaño, ¡ah, el tamaño!, porque si no, eran unas banquetas que no podían sobrevivir con autonomía. Tenían que agrupar estrategias, sistemas informáticos, gastos generales.
Ahora resulta que la Caja de tu provincia, haciendo el canelo como las demás, quedó en una posición de ventaja hasta el punto de que puede comer a otros bancos y cajas mayores.
¿Fue una jugada a largo plazo de maestro de ajedrez diseñada hace veinte años o es una fantasmada que salió bien? Lo de salir bien, en economía y en la vida es siempre “de momento”, pero ¿quién sabe algo de algo en economía?
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1 comentario:
Si te digo que una mayor dimensión va asociada a una reducción de costes, aumento
de la productividad derivada de una mejor asignación de factores productivos y una
mayor rentabilidad lo cual redundará en una mayor ventaja competitiva... irías corriendo al baño?
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