2010/06/06

LA COSTRA

Estás liado esta temporada, es obligado decir que sin perjuicio del servicio, con la organización del encuentro de los antiguos vecinos de Fierros y parroquia. Hablas por teléfono con gente con la que hace más de cuarenta años que no cruzas palabra. Es igual, se produce una sintonía, a veces la sintonía de la costra.

En los años sesenta pocas casas había con ducha. Bien es verdad que las casas ya tenían agua corriente, y también estaba el río, pero aquella costra en las rodillas y sobre todo en los tobillos…por lo que se ve protegía. Tú pensabas que era genético, que los tobillos eran así, negros y cuarteados, como los de las vacas después de restregarse entre el cucho.

Resulta que aquello protegía, según te enteras ahora tomando una botella de sidra para descansar de una dura jornada matinal.

Cuando tu generación empezaba a ir al colegio y venía con nuevas exigencias higiénicas, las madres respondían ante tanta novedad:

- Vais gastavos.

Aquellas madres sabían latín.

¡Bendita costra protectora!

No hay comentarios: