Ese es el título de uno de esos libros de Unamuno al que tan aficionado fuiste en otros tiempos. Lo abres hoy al azar por varias páginas y está lleno de subrayados horizontales y verticales, notas e interrogantes. Te preguntas qué habrás visto entonces en esos dobles subrayados y a fecha de hoy no te lo explicas.
No vas a volver a Unamuno, que es agua pasada de momento, sino al título del libro. Desde un blog, desde la oposición, desde una Asociación de Vecinos es fácil estar en contra de todo, contra esto y aquello. Es la conclusión que sacas de la lectura de la prensa de hoy en la barra del bar.
Los serios líderes vecinales (serios porque no se ríen) están que los llevan los demonios con el Ayuntamiento por la movida del centro, con los correspondientes botellones y ruido anejo. Periódicamente salen a la palestra con el mismo tema. Crees suponer que el ruido al que se refieren es al de la juventud.
En la misma página lees que uno de esos cabecillas está que trina contra el mismo Ayuntamiento por un proyecto de ordenanza llamado de Convivencia Cívica que temes afectará sobre todo a la juventud. Pues bien, el mismo líder vecinal, también está en contra porque «trata de imponer el estado de excepción aprovechando los huecos del sistema democrático como se hizo en Alemania de los años 30”.
Por cierto el alegato de las Asociaciones de Vecinos tuvo lugar en los locales del Partido Comunista de Asturias, que si llega el caso, cederá también sus locales para defender lo contario.
No ubicas ahí a alguno de los firmantes, pero en fin, serán los famosos compañeros de viaje de los comunistas.
No vas a volver a Unamuno, que es agua pasada de momento, sino al título del libro. Desde un blog, desde la oposición, desde una Asociación de Vecinos es fácil estar en contra de todo, contra esto y aquello. Es la conclusión que sacas de la lectura de la prensa de hoy en la barra del bar.
Los serios líderes vecinales (serios porque no se ríen) están que los llevan los demonios con el Ayuntamiento por la movida del centro, con los correspondientes botellones y ruido anejo. Periódicamente salen a la palestra con el mismo tema. Crees suponer que el ruido al que se refieren es al de la juventud.
En la misma página lees que uno de esos cabecillas está que trina contra el mismo Ayuntamiento por un proyecto de ordenanza llamado de Convivencia Cívica que temes afectará sobre todo a la juventud. Pues bien, el mismo líder vecinal, también está en contra porque «trata de imponer el estado de excepción aprovechando los huecos del sistema democrático como se hizo en Alemania de los años 30”.
Por cierto el alegato de las Asociaciones de Vecinos tuvo lugar en los locales del Partido Comunista de Asturias, que si llega el caso, cederá también sus locales para defender lo contario.
No ubicas ahí a alguno de los firmantes, pero en fin, serán los famosos compañeros de viaje de los comunistas.
3 comentarios:
Oju que barullo, Buridan. Lo digo porque lo de los ruidos es caótico. Van a peor, almenos por aquí y eso es sintoma de trastorno para muchos. Luego está lo de los comu....'¡'¡qué?
En algunos espacios hace falta silencio.
Mejor seguir con Umnamuno que era un "tio mu listo".
solo tienes que velos: entre liberaos y vagos anda el astado.
Todo ello es bastante surrealista.
Publicar un comentario