Pusiste tus pies en unos cuantos países: Portugal, Francia, Italia, Inglaterra, Cuba, República Dominicana, Méjico. No te salen más. No puede decirse que seas un viajero. Más bien vas a remolque. Eso no quita para que una vez allí, puedas pasarlo bien y recuerdes el bacalao portugués, la visita a la carrera al Museo del Louvre, Florencia ¡oh, Florencia!, el beicon inglés, la cháchara cubana, las playas caribeñas, el sofoco mejicano.
No es el caso de tu hermana, viajera desde siempre, de soltera y de casada, de estudiante y de trabajadora. Siempre encontró alguien para compartir viajes y aventuras. Diarreas, visión de pobreza y calamidades, hurtos y extravíos de maletas no son ningún freno para pensar en el próximo viaje.
Te llama desde Egipto y te dice que pasa un calor, pero un calor…
Le preguntas que si ahora en octubre…
Que sí, que un calor, pero un calor…
Y te encomienda dar novedades a vuestra madre, y a ti te falta tiempo.
- Que llamó Charo.
- ¿Y qué tal está?
- Que diz que pasa un calor…
- ¿Pero está bien?
- Sí, sí, pero que pasa un calor…
- Del que tien cama y duerme en suelu, no hay duelu.
(¿No es un refrán más sonoro y poético que el vulgar “sarna con gusto no pica” que ni rima ni nada?)
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3 comentarios:
el que por su gusto corre, jamás de la vida cansa. Era el de mi güela.
No conocía el refrán. Agradezco que me lu hayas hecho llegar.Suena divinamente.
El de mi güela era también el del anónimo.Pero esti, aunque no tenga el calor familiar que pa mí tien el otru, ye más guapu. Sí señor!
pues yo nunca había oído (oido) ninguno de los 2...
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