2009/10/01

VOCACIONES TARDÍAS, VOCACIONES FRUSTRADAS Y VOCACIONES TRANSMITIDAS GENÉTICAMENTE

El número 314 es un número mágico (3,14, pi) como mágicas son las matemáticas y mago fue su inventor o al menos su difusor, el gran Pitágoras. Estás frente a la habitación 314 del Hospital de Jove en Gijón. LLegaste de chiripa porque en la planta inferior está ingresado tu tío Félix y te enteras de que cerca de allí también está Hipólito el de Chonina prima suya y de tu padre, a los que hacía tropecientos años que no veías, seguramente desde algún lejano entierro.

Su yerno te cuenta su vocación frustrada de ferroviario, que no le impide de extranjis realizar algún servicio con algún amigo maquinista cuando no hay moros en la costa. Que no decaigan los amigos románticos del ferrocarril aunque no estén federados. Lo que para unos es una rutina tediosa, sucia y molesta como enganchar un vagón, acoplar el freno, probarlo, revisar las válvulas, comprobar que lucen las señales de cola…para un aficionado al ferrocarril es una combinación inolvidable de sensaciones, luces y sonidos.

Habías leído por la mañana en la prensa que una nueva subinspectora de la Policía Local de Oviedo descubrió una vocación tardía porque entró en el cuerpo como una salida laboral y ahora le gusta mucho su trabajo.

Vd. perdone, pero eso no es una vocación tardía. Tienes gran suerte si te acaba gustando tu trabajo, pero no se puede llamar a eso vocación, porque no estabas llamada para ello. Diciéndose licenciada en Geografía e Historia parece exigible alguna precisión en el lenguaje.

Sin embargo no es una vocación frustrada no haberse ganado la vida con los trenes sino con la intermediación bancaria, si mágicamente tus hijos estudian una ingeniería industrial y diseñan válvulas de freno que tu empresa ferroviaria está a punto de implantar en un prototipo de vehículos.

Estamos ante una vocación transmitida genéticamente ¿o incluso vía Bluetooth?

Para todo eso da una tarde de hospital, sin contar el impulso al árbol genealógico. Y si los enfermos progresan adecuadamente ¿qué más se puede pedir?

15 comentarios:

Juvenal dijo...

A mi me hubiera gustado ser médico, o cocinero, o vaquero, o futbolista.... pero entre mi poca afición al estudio, por aquellos entonces, quede claro, y el reconocimiento a la labor de "zapa" de mi madre, y después de tanto bregar, veintiocho años llevo en ello, estoy contento con mi vocación tardía.
Hoy en día lo tendría bastante crudo: banquero prejubilado, chusma de Tele5, politico valenciano... está dificil el asunto
Juvenal

belijerez dijo...

¿Los hay sin vocación? pregunto. La cuestión es que si vives sin sentirte a gusto con lo haces acabas muriendote de hastío.

Yo no se cuál es mi vocación, disfruté mucho durante 10 años de telefonista, y creo que tengo un sexto sentido con el teléfono, adivino sin hablar, a veces, por la respiración. Luego cuando hacía de madre de hijos pequeños me sentía muy vocacionada, ahora disfruto mucho con su independencia familiar, la de los hijos. Creo que mi vocación frustada es la de ser reina, mi abuela me llamaba ...reina mía... y esa es mi verdadera vocación. Lo siento por los republicanos pero mi vocación es ser reina....

¿Te has parado a pensar lo que se habla en los hospitales? Yo una vez estuve 3 días y quería morirme...cuántas visitas y cuánto charlaban...dios mio.........fue vestial.

Daniel dijo...

Mi vocación frustada es ser millonario, lo sigo intentando.

Anónimo dijo...

siempre pense que la vocación de los conspicuos socialistas era emancipar a las clases trabajadoras, no hacerse dueños de los medios de producción. Cosas veredes!

Karen Dinesen dijo...

"Lo que para unos es una rutina tediosa, sucia y molesta como enganchar un vagón, acoplar el freno, probarlo, revisar las válvulas, comprobar que lucen las señales de cola…para un aficionado al ferrocarril es una combinación inolvidable de sensaciones, luces y sonidos."

Pues qué quieres que te diga, Luis Simón.Que, haciendo honor al blog, yo tengo mis dudas...
De hecho no he visto a ninguno de estos románticos amigos del ferrocarril batirse por enfundarse en el mono y revisar las válvulas.
Yo entiendo la atracción que tienen los trenes para algunos. Seguramente por motivos diversos. A mí me evocan épocas, lugares, etapas felices de mi vida en la que hice uso del tren con frecuencia...y si me apuras hasta mi niñez, en la que no usaba el tren pero aparecía en las películas del oeste que disfrutaba en la sesión infantil de los domingos.
Y a otros les encanta la plástica del vehículo y las formas que lo rodean. Y no se pierden museo en los que aparezcan réplicas, fotografías...y disfrutan viendo el funcionamiento de las maquetas (yo también). Y las propias estaciones de tren fueron, y siguen siendo, inspiración para artistas (pintores, escritores)...
En fin, Luis Simón(que ya me enrollé más de lo que debiera), que me da a mí que entre los amigos románticos del ferrocarril hay unos cuantos que no es el trabajo lo que añoran.

Umbriel dijo...

Quiero tener un recuerdo para Amador el Taxista , que era super aficionado al ferrocarril y hubiera dado todo por haber sido maquinista, anda que no hizo trenes como ayudante de" extrangis" y hacía noches solo por el placer de sentirse ferroviario.Claro que en el polo opuesto conocemos muchos que son un autentico tostón y estorban mas que hacen.

Karen Dinesen dijo...

¡Hola,Umbriel! ¿Me echabas de menos y no me diriges ni una mirada? Palabrería me parece a mí lo tuyo...

Seguramente hay más como Amador el Taxista.
Los vehículos con ruedas y a motor suscitan en algunas personas una fascinación incuestionable. Igual que hay gentes que pulen y abrillantan su moto o su automóvil y hasta sienten por el vehículo más afecto que por el cónyuge o los amigos, habrá maquinistas que adoran la máquina que conducen y la cuidan con mimo.Y el trabajo acaba siendo para éstos algo agradable.No pongo eso en duda.
Conozco a un camionero que consiguió su sueño de niño. Soñaba con serlo y no dibujaba otra cosa que no fueran camiones. Hoy conduce orgulloso "uno de verdad".
Pero no a todos los que sueñan con conducir un vehículo, les seduce la idea de hacerlo para ganarse la vida con las obligaciones y la rutina que conlleva.
Probablemente Amador disfrutaba también con el taxi. Haberlos, haylos. Pero los románticos del trabajo son una especie en peligro de extinción.

Karen Dinesen dijo...

..."Los hay sin vocación? pregunto. La cuestión es que si vives sin sentirte a gusto con lo haces acabas muriendote de hastío."...

Beli:¿Cuántos trabajadores conoces que realizan su trabajo vocacionalmente?...a mí me parece que, mayoritariamente, las salidas profesionales no lo son por vocación.
Algunos optan por estudios universitarios pensando en cuáles tendrán mejor salida en el mundo laboral.
Otros acaban haciendo un módulo profesional en función de lo mismo.
Los hay que hacen lo que pueden en función de limitaciones intelectuales o conómicas.
Y todos acaban trabajando,si consiguen hacerlo, en lo que les ofrece el mercado.
Sin poner en cuestión que en todas las profesiones hay personas con auténtica vocación, dudo de que la mayoría estén felices con lo que hacen. Cosa distinta es que, dadas las circunstancias, aquél que trabaje se sienta satisfecho de hacerlo.
Lo mismo puedo decir de los trabajadores que fueron y hoy ya no son. Pensionistas o prejubilados.Metalúrgicos trabajando a turnos...mineros picando carbón...empleados de los servicios de limpieza...de hostelería...del comercio...bancarios...y un sinfin.
¿ De los funcionarios de administración, que me dices? Aspirantes por miles, pero no precisamente porque les seduzca el trabajo en sí mismo, sino las condiciones.
Mira, beli. No sigo que estoy siendo plasta.
¿Qué decías de "morirse de hastío"...?
Es más triste.Cuando las ilusiones extralaborales que les compensan de la falta de las mismas en el trabajo desaparecen con el paso del tiempo, se les pasa la vida ansiando la jubilación.
Puf! Siento el rollo.

Luis Simón Albalá Álvarez dijo...

Aclaracion: a veces uno fabula un poco para que quede bien, pero la conversación sobre trenes tuvo lugar fuera de la habitación, como es lógico.

Umbriel dijo...

Fue timidez, palabra.

Umbriel dijo...

Danesa:
Hoy es luna llena, la harvest moon, luna de cosecha para el invierno que llegará, mientras escuchemos juntos esta canción:
http://www.youtube.com/watch?v=SSh9WnEYWzo

Me encanta que hayas regresado, hoy soy mas rico.

Karen Dinesen dijo...

Gracias, Umbriel.
Siento la embestida.
(Ahora soy yo quien se ruboriza).

belijerez dijo...

Karen; quería decir que hay que ser feliz con lo que haces. Y de verás que la profundidad de lo simple es infinita. Podemos ser felices sencilla y simplemente feliz con vivir a cada paso disfrutando de lo que somos y tenemos que siempre es mucho.

Me alegro que vuelvas con "fuerzas multiples".

Karen Dinesen dijo...

Bely: si yo puedo entender lo que pretendes trasmitir. Pero, si me permites, un pequeño matiz: tal vez "uno debe intentar ser feliz a pesar de lo que hace".
Y tú eres de las personas que lo logran. Te lamentas,sin perder la sonrisa, de tu falta de empleo y del aumento del paro en Jerez. Y lo gritas, lo denuncias y sigues sabiendo sacarle partido a la vida.
Pero no creo que la falta de empleo sea lo que te haga feliz; como no creo que el desempeño de algunos trabajos,
fatigosos,desagradables, duros... provoquen la felicidad de quienes los llevan a efecto.
Puede que el trabajo les haga felices en la medida que es un medio para permitirse buscar la felicidad en otros tiempos y espacios...¿no crees, Bely? Aunque todo puede ser puesto en cuestión...¡Qué duda cabe!
Un abrazo

belijerez dijo...

Podríamos crear un foro, entre amigos de Karen, tendría éxito total y absoluto. Tu karen, das para pensar en profundidad. Precisamente ese ultimo argumento ;"la medida que es un medio para permitirse buscar la felicidad".......si queremos todo se puede convertir en medio para la felicidad, pienso que es una cuestión de poder personal,o quizás de fe en uno mismo....quizás simple química, parece ser.

Besitos luminosos y calurosos.