2013/02/24

TRIFULCAS

Caminando hacia El Fontán te encuentras con unos viejos amigos, ahora distanciados por querellas familiares. No siempre tienes claro cómo afrontar estas cuestiones, si apoyar a los tuyos aunque no tengan ninguna razón o ir con quien crees que la tiene. Mala cosa en cualquier caso.

Meditas sobre el asunto mientras te traen el pincho de picadillo. En la mesa contigua toman algo unos sonrientes jóvenes, posiblemente enamorados, aunque no muestren ostentosamente su efusión. Se les nota perplejos, como tú, porque en la mesa siguiente, es decir, dos más allá de la tuya, dos puretas, habituales también de los sábados, se están poniendo a caldo perejil, ellos a quienes normalmente veías en amor y compaña en unión de otra pareja que esta mañana no acudió al encuentro sabatino. De esta forma los puretas tuvieron oportunidad de cantarse las cuarenta sin testigos. Que si tu madre no miró a mi hermana en misa, que si qué tiene que decirme nada delante de tu tía, que si las únicas discusiones que tenemos tú y yo, Merche, no es por cosas nuestras sino por el entorno de tu casa.

Estabas por decir a los jovencitos más próximos y presuntamente enamorados: Mirad lo que os espera.

No puedes seguir prestando atención porque pasa un viejo conocido del valle del Pajares y le preguntas por su madre. Te cuenta que cada día está más insoportable, que siempre fue de carácter brusco y difícil pero que con los años se da por satisfecho con que la cosa no empeore. Te dice que por ahora mantienen una entente cordiale los tres hermanos y que sus respectivos cónyuges o parejas no se meten. Recíprocamente ellos no opinan tampoco de la otra parte, aunque apoyan lo que sea.

No tuviste más remedio que tomar otra sidra hasta ver en qué terminaba todo. Acabó pronto. La otra pareja habitual abrevió y se fue. No estaba el horno para más bollos ni para más sidras.

8 comentarios:

Sangin dijo...

Y ademas de toda esa visión global,leerias el periodico.
Me sorprendes cada día más!!!

Anónimo dijo...

La única ventaja que veo a cumplir años es que si no se va ganando en otras cosas, al menos, se va ganando en experiencia. Con la experiencia acumulada no se cometerían muchos errores, que son asumidos por la inmadurez de los años jóvenes, por las leyes de la pura biología. El haber afrontado muchas situaciones, el haber resuelto muchos problemas, da una seguridad y una perspectiva que no se consigue con el mero envejecer. Así hay jóvenes más maduros de lo que corresponde a su edad y viejos más cándidos, que han tenido la suerte de llevar una vida regalada, aunque casi nadie se libre de lidiar en las relaciones colaterales a la pareja. A eso se va aprendiendo con las primeras relaciones de juventud. Aunque algunos no logramos nunca ese punto de equilibrio diplomático en nuestras relaciones sociales, más o menos familiares.

Anónimo dijo...

Los trapos sucios hay que lavarlos en casa, a mano o a máquina. Las muestras de efusión placentera, también en la intimidad. A mí, mi mujer no me permite ni una voz más alta que otra, ni un susurro al oído, ni una caricia afectiva, ni siquiera una mirada lasciva... a otra que pase al lado. Ellas son de otro género, piensan y sienten de otra manera Y t´ con tu periódico, con tu picadillo y tu sidra, tan feliz!

La_Nenina dijo...

Yo sigo creyendo en que el amor todo lo puede. Y de ahí no me saca nadie (de momento).

Anónimo dijo...

El amor en sentido amplio es el modo más correcto de relacionarse con los demás. El enamoramiento es una fase con fecha de caducidad. Tu enamorado puede poder con todo (de momento) Me gustaría oírte decir qué crees después de 35 años de matrimonio, o de convivencia fiel. Me gustaría saber cómo renuevas tus ilusiones cuando te invada la rutina, cuando tengas otros hombres que te aporten más que el tuyo. El amor todo lo puede, pero cómo puedes mantener el amor.

La_Nenina dijo...

No sé cuánto dura el amor, pero supongo que hay amores que duran toda la vida. Yo ahora no estoy enamorada. Así que no hablo desde la ilusión, hablo desde la esperanza quizá.

Anónimo dijo...

La mayoría de los casados, después de tres años de convivencia, ya no están enamorados. Ese estado de enajenación transitoria dura lo que dura. El amor es otra cosa. Gustarán tus contoneos, tu mirada, tu sonrisa, tus manos, gustarán tus buenos sentimientos... pero el amor es lo que tienen tus padres después de más años de convivencia de los que tú tienes de vida. Ya no será la cosa como antes de engendrarte... pero es una cosa sólida, auténtica, reposada, tranquila... y no pueden estar el uno sin la otra.
Yo también busco esa pasión, ese sentimiento que altere mi percepción del mundo, que me haga creer que to' er mundo ej güeno, que me intoxiquen las hormonas que inunden mi torrente sanguíneo y no sienta hambre, ni sueño, ni cansancio... sólo ganas de estar con ella, que me desencadena todas esas sensaciones. Yo también alimento la esperanza de encontrar ese ser que me haga sentir y vibrar, esa mujer que despierte mi instinto animal, esa mujer inteligente y responsable, discreta y segura se sí, que me quiera tal como soy, a quien entregarle todos mis días con sus noches. Una mujer a la que entregarle lo que tengo y lo que es mi humilde persona.

Anónimo dijo...

Me parece que alguien le tira los tejos a alguien y no miro a nadie.