2012/04/19

REPSOL Y LA VACA ARGENTINA

Es un problema ver la vida con tanta frialdad, con tanta asepsia, con tanto escepticismo, fijándose en datos o en recuerdos (fríos) más que en sensaciones, cuando te parece que la gente, en general, lo tiene todo claro. O grita más alto. Sin embargo, tú estás lleno de dudas desde que quedaste con la copla juvenil de que a España la habían esquilmado las multinacionales. Ahora también nosotros somos la multinacional.

Repsol YPF, Repsol YPF, Repsol YPF, te queda ese soniquete Repsol YPF. Antes era Repsol a secas. Nunca te paraste a pensar qué era eso de YPF, pero de un tiempo a esta parte te salía de carrerilla Repsol YPF. Tampoco conocías la existencia de la isla de Perejil hasta que un destacamento marroquí plantó allí la bandera. Son esas cosas que alguien echa en falta cuando se pierden. Perejil e YPF en el mismo saco.

¿Qué ocurrió en realidad en la aventura argentina de Repsol? Por de pronto una empresa no es una ONG. Ni siquiera una ONG es una ONG. Una empresa no invierte ni dentro ni fuera del país si no es para ganar dinero o, por decirlo más a la moderna, para crear valor para sus accionistas. Si de paso colabora en el desarrollo de una región, en la articulación de lo que sea, en la promoción del bla, bla, bla, son efectos colaterales. Las empresas no tienen corazón, solamente intereses. Sirve esto para las empresas españolas con intereses en el extranjero y para las empresas extranjeras con intereses en España.

Echando una ligera ojeada a la cotización histórica de Repsol, encuentras que la valoración bursátil de la empresa el último día del año fue así:

1997: 12,92
1998: 15,00
1999: 23,02 (en 1999 Repsol compra YPF)
2000: 17,02
2001: 16,38
2005: 24,67
2010: 20,85

En el año de la compra algún inversor ganó dinero con las expectativas, otros lo habrán perdido.

¿Tocante a la defensa de derechos o intereses (si no son lo mismo) se diferencian en algo un Gobierno, un sindicato, una asociación de vecinos o el gremio de los taxistas? Lo que cada peña les pide es que defiendan a los suyos sin entrar en consideraciones de justicia que, además ¿quién sabe qué es justo? Primero se tira palante, ya se llamará a alguien para que se arregle como pueda. A veces se llama al abogado, a veces al ejército.

Las malas lenguas dicen que los soldados españoles comieron vacas muertas congeladas argentinas hasta entrados los años setenta. De hecho cuando hiciste la mili, alguna leyenda corrió de que la carne que comíamos en los cuarteles eran restos de aquellas vacas argentinas que ayudaron a matar el hambre en los años cuarenta. Ahora, en el 2012, son los yacimientos de Vaca Muerta los que originan nuestra desdicha, la omnipresente vaca argentina. ¿Estaría sin saldar la deuda de aquellas vacas?

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