Lo perdido, perdido está, salvo en el recuerdo. No es posible recuperar atolondradamente quince días de silencio. No hay deberes pendientes, ni encuentros con ex seminaristas que recordar, ni conciertos que glosar, ni apuntes post electorales que comentar. Solamente cortar y pegar unos párrafos de un libro de Bioy Casares que terminaste de leer estos días. Por contraste, bien podrían resumir dos vidas. “Hay un momento en la juventud en que todo es posible, en que todo es poco en la inmensidad de nuestra vida”/“En verdad me pareció que yo era digno de lástima”.
1 comentario:
Algo es posible siempre, Luis Simón. Igual es esta la máxima que hay que acabar asumiendo.(Lee la columna de Pedro de Silva de hoy...)
Sin embargo,yo estoy todavía tan verde que no acabo de aceptar que el posibilismo sea la filosofía que debe fundamentar nuestras acciones. Al menos no sólo. Lo posible, en un sistema capitalista atroz, nos lleva dónde nos lleva.A que la banca haga de su capa un sayo o una falda de faralaes y lo celebre por bulerías y a que el FMI nos obligue a congelar las pensiones o bajar los salarios. Si sto es justicia, venga Dios y lo vea. Y por supuesto que soy consciente del privilegio que supone frente al 80% de pobreza mundial que no creo yo que se arregle con POSIBILISMO. Pero ya te digo que sigo siendo una inmadura.
Tendré que madurar. Pero me cuesta...me cuesta...
Un abrazo
Publicar un comentario