Coges el diccionario de la Real Academia y lees que la primera acepción de MARCA es territorio fronterizo. En cambio si tomas el María Moliner, la marca sobre todo es una señal dibujada, pegada, hecha a fuego, etc.
Sospechas que la marca es terreno fronterizo sobre arenas movedizas, que a veces se potencia y a veces se denuesta. La marca, dicen los publicistas, cuando quieren que pose por el lado bueno, crea valor, o sea ganancias. Encuentras a veces un litro de leche vestido con una marca de postín y entonces se envuelve con letras de la Central Lechera Asturiana, y en otras lo coges en las estanterías con la más modesta capa de ALIMERKA. La sustancia, si algo queda, intuyes que es la misma.
Puede ocurrir lo contrario, sin salir de Asturias ni del terreno ferroviario, diferentes trenes, los de las Series 120 y 130, llevan el mismo ropaje del ALVIA, que es una marca. Como la marca ALVIA vende, pelillos a la mar si el sustrato es diferente.
A veces agradeces que te recuerden marcas para no caer en la tentación de comprar, por ejemplo, los productos de Nueva Rumasa. Ni un duro para Ruiz Mateos, que de ingenierías financieras vamos bastante bien servidos. Gracias por publicitar sus marcas, antimarcas para ti.
Llegas sin embargo al terreno político y oyes que SORTU, la nueva versión de Herri Batasuna, Euskal Herritarrok y la larga lista de partidos o agrupaciones electorales, es una mera marca al decir de los detractores. La cara B de la marca.
¿En qué quedamos, pues, con las marcas? ¿maquillan o marcan diferencias?
Aciertan los dos diccionarios: terreno fronterizo pero también una señal hecha a fuego difícil de borrar…de la memoria.
Sospechas que la marca es terreno fronterizo sobre arenas movedizas, que a veces se potencia y a veces se denuesta. La marca, dicen los publicistas, cuando quieren que pose por el lado bueno, crea valor, o sea ganancias. Encuentras a veces un litro de leche vestido con una marca de postín y entonces se envuelve con letras de la Central Lechera Asturiana, y en otras lo coges en las estanterías con la más modesta capa de ALIMERKA. La sustancia, si algo queda, intuyes que es la misma.
Puede ocurrir lo contrario, sin salir de Asturias ni del terreno ferroviario, diferentes trenes, los de las Series 120 y 130, llevan el mismo ropaje del ALVIA, que es una marca. Como la marca ALVIA vende, pelillos a la mar si el sustrato es diferente.
A veces agradeces que te recuerden marcas para no caer en la tentación de comprar, por ejemplo, los productos de Nueva Rumasa. Ni un duro para Ruiz Mateos, que de ingenierías financieras vamos bastante bien servidos. Gracias por publicitar sus marcas, antimarcas para ti.
Llegas sin embargo al terreno político y oyes que SORTU, la nueva versión de Herri Batasuna, Euskal Herritarrok y la larga lista de partidos o agrupaciones electorales, es una mera marca al decir de los detractores. La cara B de la marca.
¿En qué quedamos, pues, con las marcas? ¿maquillan o marcan diferencias?
Aciertan los dos diccionarios: terreno fronterizo pero también una señal hecha a fuego difícil de borrar…de la memoria.
2 comentarios:
Estarás contento, con tu comentario has echado a pique todo mi emporio empresarial!.
Fdo. J.Maria Ruiz M.
Pd. : ¡ que te pego leche, que te pego!
Gente como Ruiz Mateos hace posible que en España haya trabajo y no sea necesario que Zapatitos reactive la minería de carbón asturiana deficitaria por naturaleza.
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