RONDA

Estos días estás entretenido en dar la vara a tus antiguos compañeros y amigos del Seminario porque andas perfilando la lista de asistentes a la reunión anual. Aunque la mayor parte de las comunicaciones vuelan por el correo electrónico también practicas algún imprescindible contacto telefónico.

En vez de hablar del tiempo, para contradecir a la historia, sueltas el tópico de la crisis.

Hablas con el camionero y está todo cayendo, menos mal que su camión tiene trabajo asgaya moviendo morrillos para el superpuesto de Gijón, pero está todo muy mal porque ahora el carbón a La Robla ya no va por carretera, lo lleva Florentino en los trenes de ACS. Además hoy cerró un horno alto de Ensidesa y nunca se dio un caso de que se reabriera un horno cerrado. Los patronos que antes tenían tres camiones ahora tienen que conducir el suyo y nunca terminan de pagar el vehículo. Y si tienes una avería, a temblar. Y los de Tráfico, a por los camioneros, y entre estos a cuchilladas, que si yo llegué antes, que si siempre se cuela el enchufado.

Hablas con el Guardia Civil de Tráfico, uno de ellos, y ya pasó la época de emular a Pedrosa o a Valentino Rossi pero no te da pistas sobre si persigue a los camioneros. Más bien sacas la conclusión de que va más cómodo en un vehículo de cuatro ruedas. No te parece que sea un sector en crisis. Al menos no se pronuncia la palabra.

Hablas con el encargado de la fabrica de tubos de Huesca y están exportando más que nunca a Francia, pero poco a España. Mejoró el horario, está al frente de un equipo y no le falta trabajo.

Hablas con Elgóibar y siguen fabricando componentes para los Mercedes sin que decaiga el ritmo.

Hablas con El Gaitero de Villaviciosa y la producción y las ventas van viento en popa.

Hablas con el palista de la contrata de Arcelor-Mittal y entre tres meses de baja por las cervicales y nueve de trabajo renqueante, él y su alma, no se queja mayormente de la vida.

Hablas con el militar aviador que se marcha tres semanas de maniobras y didáctica a cerca de la capital, y las Fábricas de Armas de Oviedo y Trubia y sus problemas están muy lejos.

¿Y los trenes, cómo van los trenes? Habría que sobrevolar para ver algo claro.

¿Conclusión?

De lo anterior, ninguna. La que digan los números siempre que no sean como la feria, que cada uno la cuenta según le va en ella.