2009/05/09

DEPRENDER DE LES RESEÑES CONTRARIES

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En esa pausa del guerrero que a menudo te concedes antes de ir a comer, si no das la parpayuela alrededor de una sidra con tu hermana o con tu cuñado o con Emilio el cura (o músico) o con Isauro el de Fierros o con Rafa el vendedor, forofo del PP o más a la derecha, o con Guillermo el de HUNOSA o con cualquier penitente que te soporte una parrafada, aprovechas para leer un periódico que no leas todos los días. Puede ser el ABC, o el Mundo. En este caso fue El COMERCIO de Gijón. Como es el Día de les Lletres Asturianes, lees un artículo de Xuan Bello. Siempre recuerdas que fuiste a leer Su Historia Universal de Paniceiros a Punta Cana, y mira si no habrá mejores cosas que hacer en Punta Cana o sitios mejores para leer a Xuan Bello que en la República Dominicana. El caso es que lees su artículo COSES QUE NUN FADRÉ. Incluye varios elogios de les duldes (las dudas) y bien merecería la pena reproducir alguno de sus párrafos, tú que husmeas y atraes a las dudas, pero no, hoy no vas a las dudas sino a las contradicciones, una etapa más allá.

Nunca-y pidiré a un amigu qu'escriba una nota eloxosa sobre un llibru míu. Más que l'eloxu (que suel ser una forma disimulada de la pereza intelectual) quiero más la discrepancia intelixente. Deprendí más de les reseñes contraries que de les favorables; anque agradecí más les segundes, deprendí más de les primeres.

Estás con Xuan. En otra época en la que recopilaste centenares de sentencias favorables y desfavorables (¿favorables y desfavorables a quién?) estaban muy solicitadas las sentencias favorables así que en cuanto en Barcelona o en Granada o en Alcázar de San Juan se enteraban de que en Oviedo había recaído una sentencia favorable sobre determinado asunto todo eran peticiones de copias y faxes urgentes. En aquella época prehistórica no había llegado todavía el correo electrónico y el escáner.

Tú, sin embargo, siempre a contracorriente, cuando algún compañero de otras tierras te decía que había recibido una sentencia desfavorable, eras el primero en pedirla.

- ¿Cómo, si se perdió?
- Para aprender de los errores.

Así es como te hiciste con un buen acopio de sentencias desfavorables. Una inversión a largo plazo. Cuando algún juicio perdiste por un planteamiento erróneo que se podía haber ganado, no hacía falta que nadie te dijera cómo había que enfocar en lo sucesivo ese tipo de asuntos.

2 comentarios:

Karen Dinesen dijo...

Tien razón Xuan Bello con lo que diz.
Con les mis opiniones está claro que iba a deprender bien pocu.
Son escases les veces que estoy en desacuerdu con él y tienme medio engañada con la forma de escribir.
¡Qué guapo escribe Xuan!

miner dijo...

Por algo se apellida Bello.
Pero lo de les critiques no se lo cree ni él.
Un saludu