Por si había pocos, descubres en los libros un nuevo punto de fricción entre los hombres y las mujeres.
Lees este domingo una entrevista a Fernando Morán realizada, cómo no, por Javier Morán, para La Nueva España pero en este caso no te detienes en lo que dice. Te paras en una de las fotos, en la que aparece con la biblioteca-leonera de fondo, ese batiburrilo que posiblemente le habrá costado una bronca con su señora o con la señora de la limpieza, hasta que lo dejaron por imposible.
- Sí, de verdad, para el verano me meto con los libros y me deshago de los que no quepan verticales.
Pero seguían llegando y aquello volvía al estado de siempre.
Te dices que no tardará en publicarse en la prensa alguna biblioteca de alguna escritora o de alguien y podrás comprobar si hay diferencias. Este miércoles sales de dudas con la entrevista o el reportaje que de Carmen Romero se publicó en Vanity Fair. Únicamente se permite unos libros tumbados en la zona inferior, como si en la parte final de su vida, quisiera dar un nuevo rumbo…
Una vez más, la diferencia hombre-mujer y eso que son los dos socialistas.
8 comentarios:
A mi me gusta la biblioteca "Barullu"
Todas las bibliotecas de "uso" que conozco son más bien "Biblioteca barullu" como dice Miner. Al ver la imagen de las estanterías de libros de Carmen Romero, pensé más bien en los estantes de una Librería. Lo cierto es que no pensé que fuera en su propia casa.
Llevo años diciendome que algún día pondré orden entre mis libros, sin embargo no encuentro el momento. El caso es que a pesar de muchos y diversos rincones, se donde está cada uno.¿por qué será?
Por cierto Miner y Belijerez como vais ordenar ná, si lo único que teneis por casa ye el caballo de Troya y algo de Corin Tellado,sois igual que Casper,pero en versión gá-gá
¿Te resultas gracioso a ti mismo,anónimo impertinente...? Te califico prudentemente. De no utilizar la prudencia entraria a la descalificación, y en el blog de Luis Simón quedaría como una mancha de tinta.Eso te libra.
Luis Simón, que suerte tienes con un anónimo faltosu.
Por si el anónimo faltosu fuese yo, (K.D.), para que el anónimo impertinente pueda referirse de forma que no haya lugar a dudas sobre a quién van dirigidos sus comentarios, sepa usted, que mi nombre es Victoria.
de tó tién que caber per ende
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